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La llama olímpica llegó a Francia y le dio inicio a la cuenta regresiva de los Juegos Olímpicos de París 2024, que se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto.
En medio de un importante operativo de seguridad, el fuego olímpico llegó a la ciudad de Marsella a bordo del histórico barco Belem de tres mástiles, que partió desde Grecia el 27 de abril, unos días después de haber sido encendido en Olimpia, la cuna de los Juegos de la Antigüedad, tal como lo marca la tradición.
Alrededor de las 19:00 de París, el Belem (construido en 1896, el año de los primeros Juegos Modernos) se amarró a una pista de atletismo flotante ubicada en el Puerto Viejo y el campeón olímpico de natación, Florent Manaudou, tuvo el honor de ser el primer portador de la antorcha en suelo francés. Luego, tomó la posta el rapero local Jul, quien se encargó de encender el pebetero del Relevo de la Antorcha Olímpica.
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Tras su paso por Marsella, la llama olímpica visitará 65 ciudades francesas hasta llegar el 26 de julio a París, para encender el pebetero en la Ceremonia de Inauguración y darle comienzo oficial a los Juegos.
¿Qué significado tiene?
La llama olímpica es un símbolo de paz y amistad entre los pueblos, y proviene de los Juegos de la Antigüedad, donde se mantenía prendida en las sedes donde se disputaban las competencias. Su origen está vinculado al mito de Prometeo, que le robó el fuego a los Dioses para regalárselo a la humanidad.
En la Era Moderna, la primera vez que apareció fue en Ámsterdam 1928, pero recién en Berlín 1936 nació el ritual del Relevo de la Antorcha, que desde ese momento es infaltable en cada edición.
El pasado 16 de abril, la llama se encendió a través de los rayos del sol captados en el centro de un espejo parabólico en Olimpia, y desde allí emprendió viaje a tierras francesas.
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