La presencia de AEF en la Fundación Libertad participando del “Desayuno de trabajo” con Martín Litwak.

Esta mañana en Fundación Libertad, Martín Litwak, CEO de Litwak & Partners compartió un Desayuno de Trabajo ante un auditorio nutrido de empresarios y profesionales de Rosario y la región  dónde la temática fue “Protección patrimonial luego de las #PASO”

Algunos de los ítems analizados fueron:

Análisis de los resultados.

¿Qué es la #planificación patrimonial?

Objetivos y herramientas de planificación.

Una visión al #futuro. Cómo estructurarse de aquí en más.

El presidente de AEF, Germán Nocera afirmó, Siempre nos nutrimos y actualizamos en lo que concierne a la economía que nos atraviesa. Es para nuestra Asociación una herramienta más, que compartimos con nuestros asociados. Tratamos de obtener una capacitación permanente;  con la que debemos contar para manejarnos en los cambios económicos que se presentan en nuestro país y el mundo”

Para comprender la importancia de este abogado internacional, especializado en Planificación Patrimonial Internacional y Fondos de Inversión, quién escribe y da conferencias sobre la actualidad de la economía compartiremos su nota sobre Tributos Fiscales

“Quienes deben tributar en países con un nivel de presión fiscal razonable y seguridad jurídica a sus ciudadanos, no buscan proteger sus activos”:

Quienes me conocen me han leído u oído hablar varias veces de “voracidad fiscal”, “competencia fiscal” y “moralidad tributaria”.

También conocen las razones por las cuales existen las jurisdicciones de baja o nula tributación y mis explicaciones sobre qué rol cumplen en el mundo actual, así como los beneficios que las mismas suponen no solo para quienes las utilizan sino para todos los contribuyentes. Esto último, a través del paralelismo que suelo hacer entre “jurisdicciones offshore” y “aerolíneas low cost”.

Es que el problema en el mundo actual no es la existencia de jurisdicciones de baja o nula tributación, sino la insaciable voracidad fiscal de Estados cada vez más grandes, ineficientes y endeudados, y el hecho de que muchos de ellos no pueden brindar seguridad jurídica a sus ciudadanos.

Dicho de otro modo, quienes deben tributar en países con un nivel de presión fiscal razonable y que además, brindan seguridad jurídica a sus ciudadanos, no buscan proteger sus activos fuera de su país de residencia.

Veamos a continuación cuáles son los 3 males de los infiernos tributarios:

1. El Síndrome de Estocolmo Fiscal

En la actualidad, es habitual ver países que cobran impuestos sobre las ganancias de las personas de alrededor del 30%. A esos impuestos hay que sumar otros como por ejemplo el impuesto a las ganancias corporativas, el impuesto al valor agregado, etc. No estoy hablando de países como Argentina, donde conviven más de 160 impuestos, sino de países “normales”.

Tan habitual es esto ahora, como extraño habría resultado tan solo cien años atrás.

Las víctimas de esa patología a la cual que hemos decidido referirnos como “Síndrome de Estocolmo Fiscal” que consiste, básicamente, en la necesidad de justificar cada tributo que existe sobra la faz de la tierra en nombre de la mal llamada justicia social o la dañina, y por otro lado utópica, redistribución de las ganancias, son quienes más critican a las “jurisdicciones offshore”.

Tal vez no sepan que el primer impuesto a las ganancias moderno fue establecido recién hacia finales del siglo XIX y tardó más de 100 años en convertirse en un nuevo estándar tributario internacional.

2. Oposición a la competencia fiscal

La competencia fiscal puede definirse como el derecho de cada país o jurisdicción afijar sus impuestos en forma libre y soberana, sin presiones de otros Estados, de manera de cumplir con sus objetivos de recaudación y al mismo tiempo fomentaro no determinadas actividades comerciales.

Del mismo modo que la competencia en la producción de bienes o la provisión de servicios redunda en claros beneficios para los consumidores, quienes reciben productos y servicios de mejor calidad a un precio menor; la competencia en materia impositiva beneficia a los pagadores de impuestos puesto que los impuestos que pagan no podrán nunca superar determinado límite.

Paradójicamente, muchos de los países que atacan el derecho de otros Estados a no cobrar impuestos o a cobrar tasas bajas, también recurren a esta técnica cuando quieren promocionar determinada industria, recibir a un cantante de moda o ser sede de un mundial de fútbol. Todos sabemos que la FIFA no paga impuestos de ninguna clase y que la mayor parte de las estrellas de rock piden exenciones fiscales en los países donde organizan sus espectáculos.

3. Una falsa moralidad tributaria

Muchas de las discusiones que existen hoy en día sobre cuestiones impositivas desaparecerían si la gente entendiera que no hay, ni debe haber, vinculación alguna entre moral e impuestos. El origen de los impuestos, en efecto, no debe buscarse en un mandato ético o divino, sino en la simple necesidad de los Estados de financiar los servicios básicos que deben prestar a los pagadores de impuestos, así como su infraestructura.

En cuanto a los impuestos, cabe aclarar que existe por supuesto, una relación entre impuestos y legalidad. Que por razones obvias, debe respetarse. Por eso es necesario seguir militando activamente para que los países latinoamericanos se transformen, algún día, en países con impuestos razonables y para que se deje de atacar a los paraísos fiscales. Son batallas culturales que seguiremos dando hasta el final de nuestros días. Sin ninguna duda, estados como Argentina deberían bajar impuestos en forma sustancial.

Martín Litwak es abogado fundador y CEO de Untitled. Especialista en asesoramiento legal y fiduciario a familias de alto patrimonio

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