Indignación por el fallo judicial contra el mecánico que atropelló y mató a un cadete

La Justicia condenó ayer a 5 años de prisión al mecánico Juan Carlos Schmitt y la familia de Damián Orgaz rompió en furia. “¡Sos un asesino! ¡Te vas a llevar siempre la cara de mi hijo!”, exclamó antes de abandonar la sala Elsa, la mamá del joven de 26 años que el 31 de marzo del año pasado murió luego de ser chocado por el auto que conducía Schmitt. Los jueces entendieron que se trató de un “homicidio culposo”, es decir, sin intensión, y no un “homicidio simple con dolo eventual”, como había planteado la Fiscalía y la querella al pedir una pena de diez años.
Ayer al mediodía, el primer piso de los Tribunales provinciales estaba más custodiado que de costumbre. En la sala de audiencias se amontonaban periodistas y, a cada lado, los familiares de Schmitt y de Orgaz.

La exposición del veredicto fue breve. En apenas cinco minutos el juez Gustavo Pérez Urrechu informó a los presentes que, por una decisión unánime a la que arribaron con sus pares Raquel Cosgaya y Rodolfo Svala, había resuelto encuadrar la muerte de Damián Orgaz en un “homicidio culposo” y condenar por ese hecho al mecánico a la pena de 5 años de prisión y a 10 de inhabilitación para conducir.

Las 81 páginas de los fundamentos esgrimidos por los magistrados para llegar a esa decisión no fueron expuestos dentro de la sala y las partes del juicio tuvieron acceso a ellos después de la audiencia.

Dolor

“¡Este hombre lo cortó en pedacitos a mi hijo. Le arrancó los brazos y las piernas. Lo reventó por dentro. Esto no fue un accidente de tránsito!” Los gritos de Elsa Romero, una de las primeras testigos en declarar durante el juicio y la mamá de Damián Orgaz, llenaron la sala de audiencias y luego los pasillos de Tribunales.

El llanto y los gritos de impotencia se reprodujeron en los hermanos de Orgaz, en su papá, en su cuñada y en sus amigos. Ninguno quedó conforme con la pena que los jueces impusieron a Schmitt, pero sobre todo la crítica radicó en el hecho de que el mecánico haya sido condenado por “homicidio culposo”.

Mónica Gangemi, presidenta de la asociación Conciencia Vial, acompañó a la familia de Orgaz durante la lectura del veredicto y calificó al Tribunal que tomó la decisión de “cobarde, injusto, poco ecuánime y nada equitativo”.

“Acá hubo algo gravísimo. Si esto no es dolo eventual, no nos queda esperanza a los ciudadanos santafesinos. La prevención vial parece inexistente”, dijo Gangemi, quien desde la muerte de su hija Ursula en el caso Capozzuca se transformó en militante por la seguridad vial.

“El problema no son los cinco años, es que se haya cambiado la carátula a homicidio culposo. La cobardía de los jueces es el problema”, consideró.

Por su parte, la fiscal Valeria Piazza Iglesias, que estuvo a cargo de la acusación junto a Florentino Malaponte, remarcó que a pesar del cambio en la calificación legal —que aún no sabe si apelarán— la condena contra Schmitt fue la primera de cumplimiento efectivo en la provincia por un siniestro de tránsito.

Schmitt está detenido desde el día del hecho, es decir, hoy hace exactamente 17 meses, tiempo que será computado como parte de la condena. Cuando cumpla la mitad de la pena, o sea, en 13 meses, podrá tener acceso a salidas del penal (laborales por ejemplo), y en poco menos de dos años, cuando cumpla los dos tercios de la condena, podría solicitar la libertad condicional.

Calificación

En los fundamentos del veredicto, los jueces remarcaron que durante el juicio se probó que Schmitt circulaba a más de cien kilómetros por hora por diagonal Río Negro y que embistió a Orgaz cuando este iba en moto por esa misma arteria y que el siniestro se produjo en el carril que le correspondía al motociclista.

Sin embargo, a diferencia de lo que plantearon los acusadores, para los magistrados Orgaz no venía por Río Negro sino que acababa de doblar por Campbell o por Pérez Bulnes cuando ocurrió el choque y no miró a la izquierda al doblar. Según sostuvieron, de no ser así, ambos se hubieran visto por lo menos 200 metros antes. Los jueces también entendieron que Schmitt hizo un maniobra para intentar esquivarlo y ese fue uno de los argumentos para el cambio de imputación.

Pero además remarcaron que lo que consiguió probar la Fiscalía, que hacía más de 20 años que Schmitt probaba a altas velocidades autos para picadas por la diagonal Río Negro y que además solía participar de competencias en picódromos, hacen difícil que el hombre se haya representado que podía ocurrir un hecho como el que terminó con la vida de Orgaz. Porque, simplemente, él sabía controlar su auto. Así, en vez de considerar como un agravante el hecho de que la conducta negligente del mecánico se haya repetido durante dos décadas, los magistrados se valieron de ese argumento para elegir una calificación menos gravosa para Schmitt.

Tras el fallo, la fiscal Piazza Iglesias intenta calmar a la madre de la víctima.

Fuente: La Capital

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