Dos hombres detenidos por sustraer herramientas de una obra en construcción
Leandro Farías de Saa, hijo de una familia roldanense compuesta por Mónica Urraco, su marido José Luis Farías de Saa y un hermano Damián, viajó para ver fútbol en Ecuador, le ofrecieron un trabajo en gastronomía, allí con amigos y su primo Fabricio, incursionaron en toda la movida nocturna de bares, boliches restaurantes y se quedó a vivir.
Lele nos cuenta, “Vi una oportunidad en ese área y en poco tiempo estábamos inaugurando nuestro primer bar en Guayaquil, en la zona bancaria, luego otro en otra ciudad y ya empezamos a incursionar en cocina argentina con parrilla, milanesas, pastas a nuestro estilo y nos fue muy bien.
Abrimos una parrilla en otra ciudad con carnes argentinas, asadas al carbón, a la leña, a la estaca, etc. Pusimos cerveza artesanal y coctelería fina. Con el transcurso de los años nos dimos a conocer, marcamos una tendencia, y nos emplazamos en Quevedo, una ciudad que nos acogió muy bien, donde nos tienen mucha estima, impusimos como intercambio cultural nuestra gastronomía e instalamos un lugar bailable que nosotros le decimos boliche, pero para ellos son las barras, y también nos metimos en eso.
Así teníamos una Parrilla en Buena Fe, un Bar llamado La Nevera, solo para reunirte y tomar algo, hacer un piqueo, unas alitas picantes, etc. Y un Complejo llamado La Martina, que es un Multiespacio con Restaurante, un Pils Garden y una Discoteca unido todo en un mismo espacio. La Martina es conocida a nivel país y muy visitada por futbolistas y famosos atrayendo turísticamente a mucha gente importante a la ciudad.
Pero la Pandemia no avisó, llegó de golpe y el sector nuestro fue el más afectado, por el pánico que existe en la gente por lo que se proyecta mucho tiempo hasta que vuelva la normalidad.
De pronto mi economía se afectó al punto de peligrar el sueldo de mis trabajadores, pero gracias al nuevo proyecto, a los empleados masculinos pudimos adaptarlos y seguir dándoles trabajo.
El virus en Ecuador golpeó muy fuerte, como se difundió en las noticias y el Protocolo para lugares habilitados como por ejemplo los Supermercados, era con unos arcos de desinfección, que asperzan un líquido sanitizante, armonio cuaternario, un químico. Pero era muy problemático estéticamente sobre todo para las mujeres, porque moja y arruina los peinados y el maquillaje, también a los hombres porque terminaban con el cuerpo húmedo.
Empezamos a ver que la OMS recomendaba higiene de manos y pies fundamentalmente. Con Fabricio decidimos dar un giro porque la empresa no daba para más.
Empezamos el proyecto con una maqueta que me recordaba a las de secundaria, pero con un poco de maña por haber laburado con mi viejo en la parte metalúrgica, consulté a mi hermano que hace mecánica, entre todos fuimos creando debido a la emergencia y a la necesidad de métodos de desinfección efectivos, para el COVID-19, hemos desarrollado este novedoso equipo BIO2020, elaborado con las más altas normas de calidad y tecnología, para los que sumamos ingenieros a nuestro equipo. Muchos nos apoyaron y animaron a hacerlo y mi viejo aportó su conocimineto en el doblado del acero entre otras cosas para el gabinete.
Muy motivados con Sofi mi señora y Fabri empezamos hasta plasmar el primer prototipo, lo presentamos ante el Ministerio de Industria de Ecuador, para que nos informen las normas exigidas para ingresarlo en el Sistema de Salud, ellos nos brindaron todo su apoyo, largamos así la primera máquina con muchísimo éxito, porque la creamos con los materiales adecuados, enseguida empezaron los pedidos.
Con este dispenser no existe contacto alguno, se ingresan las manos en una luz UV y lo mismo el calzado. El diseño lo fui armando por mi experiencia en mis locales, Omar mi amigo y socio es diseñador gráfico, con él discutimos las ideas, hasta crear esta máquina industrial.
Hoy somos fabricantes de los dispensadores automáticos de desinfección ubicados en la entrada de comercios o entidades que funciona en tres pasos: hay que ingresar los pies para desinfectar el calzado en una bandeja que contiene líquido desinfectante, luego pasar a la alfombra o pack de secado y el tercer paso ingresar las manos sin tener contacto alguno con el habitáculo, allí desprende un líquido que puede ser armonio cuaternario, glutaraldehído que se utiliza para esterilizar quirófanos, alcohol al 98 % o agua oxigenada, el más recomendado es el alcohol, pero cuesta mucho conseguirlo y es bastante costoso en estos días. La luz UV con que cuenta el habitáculo es para mantener estéril el espacio en que se pasan las manos.
El material con que está hecha es acero inoxidable grado alimenticio que es como el quirúrgico, lo mismo que el acrílico que estamos utilizando y la luz UV que es lo recomendado para la esterilización de objetos, con eso cumplimentamos todas las normas.
Además, logramos la practicidad, en todos lados utilizaban y exponían así a una persona para que ofreciera alcohol para desinfección de manos, con nuestro dispensador automático, no se afecta a ningún humano.
Ahora estamos proyectando una máquina más pequeña para el regreso a clase, que va a estar personalizada con dibujos, para consultorios pediátrico u odontológicos. Va a incluir un sensor de temperatura, para un control completo. Si al traspasar la máquina se detectan más de 37, 5 grados se dispara una alarma.
Me siento bien de poder aportar algo en la lucha contra el COVID 19, ya que recibimos muchísimos comentarios de la gente pidiendo al Gobierno que nos apoye porque somos emprendedores. Eso nos da ánimos y nos motiva a seguir adelante en el perfeccionamiento del equipo.
Por más que con este proyecto me está yendo bien, quisiera que la Pandemia se termine ya y vuelva todo a la normalidad. En mi mente positiva, siempre quiero volver a mi emprendimiento que es la gastronomía”, cierra un argentino que revolucionó el mercado ecuatoriano con su equipo BIO2020.
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