Los poderes que están en juego en el nuevo reparto de cargos europeo

Bruselas ha sido en las últimas semanas un hervidero de especulaciones en torno a las figuras que deben ocupar los principales cargos de la Unión Europea en los próximos años; de nombres que desaparecían a la misma velocidad a la que habían ascendido, para volver a reaparecer poco después. Con la posibilidad de un acuerdo sobrevolando la escena, los jefes de Gobierno de los Veintiocho se reúnen este domingo en la capital comunitaria para tratar de alcanzar un consenso teniendo en cuenta equilibrios geográficos, de género, y de familia política. Pero, ¿qué cargos están en juego y por qué son importantes?

Presidencia de la Comisión Europea
Es la joya de la corona. El futuro presidente del Ejecutivo comunitario, que sustituirá al luxemburgués Jean-Claude Juncker en un mandato de cinco años, ha de marcar la agenda política de la institución. La magnitud de sus poderes es directamente proporcional a la batalla que cada lustro desata su elección. El organismo, un mastodonte de alrededor de 30.000 empleados, tiene la iniciativa para plantear nuevas leyes que si obtienen el visto bueno del Parlamento Europeo y los Estados miembros se aplican en todos los países de la UE. Y su presidente contribuye a los grandes debates en la Eurocámara y ante los socios europeos y representa a la UE en grandes cumbres, como el G7 o el G20.

Presidencia del Consejo Europeo
El representante de los Estados miembros preside las reuniones que al menos cada tres meses congregan en Bruselas a los jefes de Gobierno. Su papel político va mucho más allá.Da cuentas ante el Parlamento Europeo de las decisiones de los socios, asume la representación de la UE en política exterior y de seguridad común junto a la alta representante, y sobre todo, ante la dificultad de poner de acuerdo a los líderes de 28 Estados, prepara los encuentros llamándoles y visitándoles para allanar el terreno. Precisamente esa ha sido su labor antes de la cumbre de este domingo. El actual presidente, el polaco Donald Tusk, ha multiplicado los contactos en las últimas horas para buscar candidatos de consenso en el reparto de cargos.

Presidencia del Parlamento Europeo
Se trata del primero de los tres cargos que previsiblemente perderá Italia, en este caso con la salida de Antonio Tajani. La Eurocámara lleva años pujando por tener un papel más decisivo en la estructura de la UE, y ha ganado poder con el sistema de spitzenkandidaten, que permite a los partidos políticos designar a sus propios aspirantes a presidir la Comisión. Sin embargo, el papel del presidente es institucional y moderador, similar al del presidente del Congreso de los Diputados español. Su figura ha cobrado fuerza para países como España con el intento del independentismo catalán de internacionalizar el procés. Como en el caso de la Comisión, el presidente del Parlamento Europeo ha mostrado su respaldo al marco constitucional español ante el propósito de los nacionalistas de buscar en las instituciones comunitarias eco a sus reivindicaciones. Ese matiz otorga relevancia al perfil ideológico del nuevo inquilino de la Eurocámara, que podría ser el premio de consolación para el popular alemán Manfred Weber, candidato a presidir la Comisión.

Alto representante de Política Exterior
El cargo de ministro europeo de Exteriores no está entre los más codiciados, pero forma parte del pastel a repartir. El Servicio Europeo de Acción Exterior cuenta con más de 4.000 funcionarios y 140 delegaciones en todo el mundo, pero cuando estallan las crisis, el papel de los Estados miembros suele marcar el paso, lo que lo ha convertido en la cenicienta de los puestos en disputa.

La italiana Federica Mogherini cederá el testigo, y dado que en el resto de cargos los candidatos son por ahora eminentemente masculinos, parece claro que será uno de los que vayan a facilitar la paridad hombre-mujer y Este-Oeste que aparece entre los objetivos para el futuro reparto de poder. La búlgara Mariya Gabriel y la lituana Dalia Grybauskaité están entre las favoritas. El nombre del ministro de Exteriores en funciones español, Josep Borrell, sonó para el puesto, pero si se consuma la apuesta por el socialista Timmermans, quedaría fuera de la partida.

Presidencia del Banco Central Europeo
El mandato de Mario Draghi como presidente del Banco Central Europeo expira el 31 de octubre. Y para cubrir su puesto se abre un complicado proceso en el que intervienen el Consejo, el Parlamento y el propio BCE, pero en el que son los jefes de Gobierno los que tienen la última palabra. El electo comandará la institución durante ocho años, sin opción a ser reelegido.

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