Las armas que Rusia le vendió a Venezuela y qué tiene que ver con los aviones militares rusos que llegaron este fin de semana a Caracas

Desde que el pasado enero, cuando el líder opositor Juan Guaidó se declaró presidente interino acusando a Nicolás Maduro de “usurpador”, el país ha estado en el centro de las tensiones globales y sobre él se ha volcado la rivalidad entre Estados Unidos y sus aliados (que apoyan a Guaidó) y Rusia, China y otros como Cuba, que mantienen su apuesta por el gobernante chavista.

Ante el mutismo oficial, todo eran preguntas.

¿Quiénes son los hombres que viajaban en las dos aeronaves rusas? ¿Cuál es su misión en Venezuela? ¿Por qué llegaron a un aeropuerto en que iban a ser vistos?

¿Qué se juega Rusia con su apoyo al gobierno de Nicolás Maduro?

La agencia estatal de noticias rusa Sputnik informó que una fuente sin identificar de la Embajada rusa en Venezuela confirmó la llegada de personal de Defensa al país sudamericano, lo que motivó las protestas del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, al ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

Pompeo llamó a Lavrov por teléfono para decirle que Washington y sus aliados “no se quedarán de brazos cruzados mientras Rusia exacerba las tensiones en Venezuela”.

Pero la colaboración militar rusa con la Venezuela chavista no es nada nuevo.

Los rusos fueron, junto con los chinos, los principales proveedores de material bélico a Caracas desde que la Revolución Bolivariana capitaneada por Hugo Chávez llegó al poder.

Deseoso de convertir a Venezuela en una potencia regional capaz de contrarrestar el poderío estadounidense, Chávez invirtió grandes sumas procedentes de la renta petrolera en modernizar la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Rusia fue, junto con China, el principal proveedor del armamento adquirido entonces. Y suministró durante años varios modelos de aviones y helicópteros, así como tanques y unidades de artillería.

La gran aportación rusa a la capacidad disuasoria venezolana fue la venta de los cazas Su-30Mk2, según los expertos, un aparato capaz de competir con los más avanzados aviones de combate estadounidenses gracias a su potencia de fuego, maniobrabilidad y prestaciones.

La industria militar rusa proveyó también de tanques y unidades artilleras.

La Fuerza Armada Venezolana adoptó además el kalashnikov, quizá el arma de fabricación rusa más extendida del mundo, como su fusil reglamentario e incluso se acordó construir una fábrica de este modelo en la ciudad de Maracay (centro).

Además de los programas de armamento, el ejército ruso ha realizado ejercicios de entrenamiento conjuntos con el venezolano, el último de ellos el pasado diciembre.

Con la crisis llegaron los problemas

“Los rusos apostaron mucho por Venezuela, pero se encontraron con que no cobraban”, le dijo a BBC Mundo un experto militar extranjero afincado en Caracas que pidió que su nombre no fuera hecho público.

Según su relato, los problemas de liquidez venezolanos hicieron que se resintiera la cooperación técnico-militar.

“En los últimos años han intentado que los rusos y los chinos se ocupen del mantenimiento, pero el problema que tienen es que ahora no pueden pagarle a nadie”, señaló el experto.

Desde que en 2014 la economía venezolana comenzara a sufrir su pronunciada decadencia, se agravaron los problemas.

La falta de mantenimiento en los últimos tiempos ha puesto en cuestión la capacidad operativa de los equipos venezolanos, algo que el gobierno de Nicolás Maduro parece interesado en subsanar después de que Estados Unidos haya insistido en mantener abierta la posibilidad de una intervención militar para provocar el cambio político que impulsa en Venezuela.

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