Jonatan Mansilla un joven de Roldán que derribó a  sus demonios y se convirtió en ángel

<p>Joni tocó fondo por el consumo de sustancias, desde hace 2 años ni se acerca a ellas y creó un grupo,<strong> “amor solidario”</strong>, desde dónde ayuda a quienes lo necesitan. Lo llaman <strong>“el ángel del auto gris</strong>”. La vida lo sorprendió; un día una de las mujeres que él ayudaba encontró una gran suma de dinero , la devolvió y compartió su recompensa al Merendero creado por él</p>

Es muy sencillo y educado, de una familia muy conocida de Roldán que siempre lo apoyó cuando la droga lo hizo perder el camino y lo acompañó el día que decidió rescatarse como él lo relata a Funes Hoy, “Si, un día sentí que no podía más y me interné, por suerte ya hace dos años de ese..”solo por hoy”…lo que es un orgullo para mí y para mi familia que siempre me apoyó, me bancaron en esos momentos difíciles y ahora, que me están pasando cosas bonitas, que me llegan al corazón y me llenan al alma.

Cambiar se puede a mí nadie me lo conto, lo viví y lo vivo todos los días, ya va hacer dos años que di un vuelco a mi vida,  no solo en eso,  si no que ahí te ayudan a cambiar actitudes, vocabulario, a renovar los sentimientos que por esos vicios uno pierde sin darse cuenta.

Por eso aquella persona q necesite ayuda puede contactarme y preguntar, yo lo voy a guiar adonde estuve yo para que  valla en busca de la vida y la felicidad. Yo pude y vi a mucha gente lograrlo también.

Me gano la vida vendiendo rifas, pero la gente que me compra es en mayoría la que más necesita, y lo hace para ver si tiene suerte para acceder a algo que no tiene. Por lo que estos días estoy parado en eso. Es en ese andar en la calle que los vecinos me contaban el mal momento que estaban pasando, dormían en el piso o no tenían abrigo, o comida…, a raíz de eso antes de la Pandemia creé un grupo que llamamos AMOR SOLIDARIO ROLDÁN,  lo que me pedían yo trataba de conseguirlo y se los llevaba, o unos meses antes de Navidad empiezo a pedir juguetes que con mi familia acondicionamos y luego me disfrazo de Papá Noel y reparto a los más humildes. Por suerte la gente siempre me responde como cuando pedí materiales para hacerle una casa a un señor que vivía en la calle.

Cuando llegó la Cuarentena había mucha gente que se quedó sin trabajo, al principio con mis tejedoras hicimos barbijos. Mucha gente se ofreció a cocerlos y así yo conseguía la tela y ellas me los hacían. Después yo los cambiaba por mercadería en los negocios, armaba bolsones y los repartía.

Pero un día decidí dar la comida; ahora la hacemos todas las noches en Barrio América y salimos a repartir a los otros, en mi auto, para lo cual previamente publicamos a que horario y en qué lugar vamos a estar. Ya cumplimos un mes de esto igual que con el merendero dónde a la tarde les pedimos que traigan una botella y les damos la leche y tortas fritas o algo para la merienda  También hicimos un roperito.

Agradezco a la gente de la Municipalidad, de la Guardia Urbana  y la Policía, porque me dejan trabajar, pero además ya ni me paran, me ven y me reconocen, me agradecen lo que hago, ellos saben que cumplo con todas las medidas, que con la comida les damos barbijos y guantes y les decimos que respeten las colas, y les inculcamos que tenemos que cuidarnos entre todos.

Quien quiera donar lo puede hacer a través de mi teléfono3416610268 o al Merendero en calle Güemes 505 de Barrio América. Nuestro Facebook: AMOR SOLIDARIO (roldan)

Pero Dios Siempre te sorprende: 

María es una de las personas que me llamó un día por teléfono y me pidió ayuda, a las diez de la noche y sin conocernos, fui hasta su  casa con mi novia y le llevé con un bolsón con mercadería. En Pascuas que había repartí huevitos de chocolate disfrazado de libre, le llevé para sus hijos. Otra vez vino de noche, y el domingo a la noche me acordé de esa familia y le acerqué otro bolsón de comida, ahí María me dijo que si le conseguía una bicicleta ella a pesar de que es grande iba a venir al merendero a buscar para sus hijos y se la conseguí y se la llevé.  Así surgió una linda relación, y por eso  me llena de orgullo que cuando el empresario le preguntó que más necesitaba, se acordara de nuestro grupo:

María encontró en la calle un maletín con casi un millón de pesos y decidió devolverlo, recibió una recompensa que destinó a un centro comunitario de Roldán.

María estaba esperando el colectivo para ir a hacer una changa a las siete de la mañana, cuando descubrió el maletín abandonado en la Garita, el colectivo nunca llegó a pesar de esperarlo durante más de una hora. allí encontró un maletín que ya estaba con signos de haber sido manipulado pero no había podido ser abierto, por lo que decidió llevarlo a su casa, luego de varios intentos, su marido usó una amoladora y logró abrirlo.

Adentro del mismo observaron sobres blancos que los cuatro integrantes de la familia tomaron uno cada uno para abrir, la sorpresa fue descubrir los importantes montos de dinero que contenían,  la familia discutía qué y cómo hacer, con lo encontrado, hasta que el hijo mayor que tiene 21 años le dijo “dinero que mal viene mal se vá, tenemos que devolverlo”, que buscara algún papel en el maletín; así  encontraron un papel que era una partida de nacimiento. Buscaron a esa persona por internet y así dieron con un matrimonio de empresarios de Maciel que resultaron ser los propietarios del maletín, que lo habían perdido el día anterior.

La empresaria fue hasta la casa de María, en barrio Cotos de la Alameda de Roldán, dónde María había tomado 500 pesos del dinero encontrado para comprar comida y se lo dijo a la mujer a quién le pertenecian , quién le respondió que no se hiciera problemas y le preguntó qué estaba necesitando, que quería de recompensa.

María aseguró que solo necesitaba comida para sus hijos. Así llegó a las 2 horas un camión con mercadería que María calculó que tiene para alimentar durante 2 meses a su familia.

Volvió a preguntarle si necesitaba algo más, (y ella se acordó de mí y de mi organización, Amor Solidario, todavía me emociona eso, en ese momento la abracé y la besé, rompiendo el aislamiento, no pude contenerme) y le relató sobre nuestro  un merendero y comedor donde le damos de comer a los que  necesitan, me llamó y me preguntó que necesitaba: yo le dije galletitas para poder un día descansar y no hacer masitas, rosquitas o tortas fritas y darles galletitas a los chicos, me preguntó qué más?, yo la mire sorprendido, porque ella que necesitaba tanto de todo me quería donar para mi Grupo, pero ella siempre colaboraba yá haciendo barbijos o frazadas tejidas.

Me insistió: si me servían $5000,  yo solo doy mercaderías o comida y acepto lo mismo, dinero no, porque en el Grupo pido “ser humilde y honestos,  dar sin pedir nada a cambio”, pero ella me explicó lo que había pasado. Entonces le conté que necesitaba un mechero y una olla grande y al día siguiente un taxi llegó hasta su hogar con esa suma de dinero que María me dio y pude comprar un mechero grande y un disco para cocinar.

Ahora me llamó y me dijo que necesita un inflador para su bici, entre risas le dije, “tuviste casi un millón en tus manos y me pedís un inflador…”.

Ella pensó en la gente que debía cobrar su sueldo y le importó más que su propia necesidad. Ya le había pasado una vez y también lo devolvió y la recompensaron con una heladera.

Yo creí que esto solo se veía por televisión y dudaba que fuera cierto y ahora María con su honestidad me demostró que es verdad”,cerró“el ángel del auto gris” su relato.

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