“El asadito”, desde una terraza de Rosario hasta el corazón de Israel

“El asadito” fue una película disruptiva en el cine nacional, tanto que es una de las banderas del Nuevo Cine Argentino, que surgió a mediados de los 90 para proponer otra mirada, una estética más intimista y también una manera ideológica de mostrarse ante ciertos convencionalismos. “Fue una película que me cambió la vida” asegura Gustavo Postiglione. Su orgullo es evidente, y no es para menos. Es que “El asadito” será filmada en Tel Aviv, en la primera vez que una remake suya se rueda en el exterior. El realizador rosarino viajará la semana próxima a Israel, no sólo como padrino del rodaje que se realizará del 8 al 10 de marzo, sino también porque se hará una retrospectiva de su filmografía en la Cinemateca de esa ciudad.

Escenario tuvo la exclusiva con el director, en una entrevista realizada ayer por la tarde en El Riel, en el corazón de Pichincha, una hora antes de que el bar abra sus puertas al público. La charla fluía mientras Ciro, su hijo de 10 años, jugaba con los muñecos de Doctor Strange, Iron Man, Deadpool y Superman; y la reportera gráfica de La Capital, Silvina Salinas, buscaba el mejor plano entre las sillas ubicadas patas arriba sobre las mesas.

Quizá el mejor plano también lo busque Víctor Braun, el director rosarino residente hace treinta años en Israel, que le pidió a Postiglione la autorización para rodar “El asadito” en aquel escenario inhóspito y extraño, aunque el filme será hablado en español, con gran parte de los actores y equipo técnico de Argentina, además de israelíes.

“Braun me pidió los derechos porque quería filmarla allá, y le dije que sí, porque la película ya es parte del mundo. Y después me llamó porque quería que Tito Gómez haga el protagónico, así que hará el mismo papel que tenía en la original”, destacó el director de “La peli” y “El cumple”.

Y agregó: “Braun quiso que yo la codirigiese con él pero no acepté. Hacer una película en otro país implica muchas decisiones que tenía que tomar de antemano, así que preferí no estar al frente. Lo que sí, habrá una muestra de mis películas allá, en la Cinemateca, en la Embajada Argentina y en el Instituto Cervantes. De todos modos voy a estar presente durante los tres días de rodaje como para bendecirla”, dijo Postiglione y larga una carcajada, como si todavía no cayera del todo de la experiencia que va a vivir gracias a su cine.

“Es una cosa rarísima, primero porque que se haga una remake de una película argentina en otro país es extraño, no hay tantos casos, y mucho menos en Medio Oriente”, destacó.

“El asadito” se filmó en blanco y negro en una terraza de Rosario en 1997 y se estrenó en 2000, con la particularidad de que se rodó en tan sólo 24 horas. La trama se basa en un asado de amigos de un 30 de diciembre de 1999, que se hace en la terraza de la casa de Tito, el anfitrión, que volverá a serlo en esta remake, en la que, a diferencia de la original, aparece el personaje de su mujer.

La celebración sigue hasta unas horas más del 31 y surgirá una charla distendida que incluirá los temas inevitables como mujeres, fútbol y política. Pero entre las risotadas de rigor y salidas humorísticas, también saldrán a la luz algunos recuerdos e historias ocultas que dispararán momentos de tensión y cierto dramatismo. La película fue protagonizada por Tito Gómez, Gerardo Dayub, Héctor Molina, Raúl Calandra, Carlos Resta, David Edery, Daniel Briguet y Pablo Fossa, “Recién vengo de Argentores y me entregan una planilla en la que consta que en 2017 la película se pasó más de cien veces en canales de televisión de todo el país, desde Comodoro Rivadavia hasta San Luis”, dijo orgulloso Postiglione mostrando el citado papel y dando una prueba más de la vigencia que aún mantiene esa charla de amigos.

Claro que, en Israel, el contexto será un tanto distinto. “La idea es que se filme en tres días, y esta historia transcurre en un momento en el que hay una alarma de guerra o algo así, y los amigos se tienen que quedar en una casa encerrados un fin de semana. La excusa sería que por una cuestión coyuntural no pueden salir, está ambientada en 2014, y ahí surgirá todo, aunque todavía no recibí el guión definitivo”, destacó Postiglione.

“A mí «El asadito» me cambió la vida. Así que meterme otra vez a hacerla hubiera sido ensuciar la anterior, a menos que hubiese hecho una segunda parte, que sería otra cosa. Lo que sí hasta políticamente es difícil filmar allá, porque no es un país sencillo para plantarse desde un lugar sin emitir opinión. Creo que en ese sentido seguramente habría diferencias, Israel también es Palestina”, apuntó.

Y a la hora de marcar hasta qué punto aceptaría modificaciones de otros realizadores en su obra, indicó: “Yo parto de una base, hay películas y contenidos que forman parte del universo de la gente y no podés hacer nada. Pero sí pediría que sea una versión libre y no una adaptación. Medio Oriente es un tema ríspido, y no aceptaría que la película tuviera una mirada ocupacionista. Porque si hace una apología de la ocupación de los territorios, yo estoy de la vereda opuesta”.

“Apuesto a que esta versión de «El asadito» sea más cercana a lo que fue originalmente la película, que en su momento rompió las formas en términos estructurales y narrativos. Y fue un retrato y una respuesta política al contexto social del país”, concluyó Postiglione, como tirando toda la carne al asador.

 

Fuente: La Capital

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