La televisión de aire crece en rating y cambia su programación

Si de efectos colaterales se trata, la pandemia del coronavirus devolvió el alto encendido de rating a la televisión abierta. 

Según números de la medidora Kantar Ibope Media, el rating hogares subió entre el 17 y el 22 de marzo, de 32,31 a 42,23 por ciento, un 30 por ciento de aumento en relación a la cantidad de televisores encendidos viendo programas de la pantalla chica.

La cantidad de tiempo frente al televisor subió dos horas promedio por día, otro treinta por ciento más en relación los números habituales. Si se ven los sondeos de opinión de consultoras que muestran que el público elige a los medios de comunicación (en un 65,18 por ciento según la encuestadora Clivajes consultores) para informarse sobre la pandemia, se explica que entonces pasen más tiempo viendo televisión abierta, porque además la gente está en sus casas en medio de la cuarentena.

Justamente en base a estos guarismos, la programación de los canales de aire se va modificando día a día para estar a tiro con la misiónde informar y entretener con la lupa puesta en el tema que tiene paralizado al mundo entero.

En América, este lunes debuta Alejandro Fantino con un nuevo ciclo, distinto al pensado originalmente para el prime time, en el que se dedicará de lleno a informar sobre la pandemia. Fantino a la tarde, donde estará acompañado por Eduardo Battaglia y Luli Fernández, y que trae al animador a su perfil más periodístico, aunque en mix con su etapa de conductor de programas ligados al entretenimiento.

En el nueve se redujo la duración del talk show El show del problema, programa de formato cerrado que no permite expandir el contenido a temas de coyuntura. Por eso el ciclo Hay que ver, que conducen José María Listorti y Denise Dumas, va más temprano para sumarse a la actualidad.

Telefe, por su parte, levantó la versión enlatada de las repeticiones de Casados con hijos para poner una extensión del noticiero de la mañana,Juntos podemos lograrlo, para seguir informando sobre la pandemia y empalmar luego con el programa de entretenimientos de Lizy Tagliani que arranca a las 11 (media hora antes).

En el Trece los cambios de programación están ligados además a varios ciclos que de por sí tenían previsto terminar y otros, por comenzar. El movimiento más drástico fue en relación al levantamiento obligado de la única ficción diaria de la pantalla chica, Separadas, que suspendió sus grabaciones en las horas previas a la cuarentena obligatoria por un mandato gremial de la Asociación Argentina de Actores. Al no poder seguir grabando, la novela salió del aire en principio hasta los primeros días de abril.

En su lugar extiende su duración Bienvenidos a bordo, el programa de Guido Kazcka que entra en el debate de los ciclos de entretenimientos con público en el estudio. Aunque se han grabado muchos programas con antelación, al igual que los ciclos de Marley o Lizy Tagliani, hay muchos ojos puestos en esta cuestión. Claramente hoy nadie puede ir a un estudio de televisión a participar de un programa de juegos, y ésto es algo que se contempla, pero que a la vez genera polémica: más allá de que estén grabados los programas y que se ponga en pantalla la leyenda “Programa grabado con antelación”, la imagen es contradictoria.

En el Trece está previsto, además, la finalización del programa de Mónica Gutiérrez, pero en el contexto informativo actual, no se descarta que se extienda más allá del 31 de marzo. El ciclo Pasapalabra estaría finalizando el 10 de abril, y desde el 13 irá en ese horario lo nuevo de Mariana Fabbiani, Mamushka.

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