La maternidad del Roque Sáenz Peña recibirá los primeros pacientes en un mes

A casi dos semanas de su inauguración oficial, la maternidad del Roque Sáenz Peña empezará la semana próxima una serie de pruebas de vacío y de entrenamiento del personal. Si todo sale de acuerdo a lo previsto, estiman que en un mes ya se podrán asistir los primeros partos.

   ”Estamos ansiosos”, repite varias veces Matías Vidal, el director del Hospital Roque Sáenz Peña, mientras camina por el ancho pasillo que conduce a la nueva maternidad. Adentro, médicos y administrativos mueven sillas y carpetas para terminar de armar la oficina de los jefes del sector.

   Desde el hace trece días, cuando la inauguración de la maternidad “más moderna del país” ocupó el horario central de los noticieros, la impaciencia por verla en funcionamiento no se instaló sólo entre los profesionales de la salud municipal. Varias mujeres ya se acercaron al hospital de zona sur con la idea de ser las primeras en usar esos espacios.

   Sin embargo, la puesta a punto de la maternidad demandará todavía un mes más. Según estimó Vidal, “en agosto se estarán atendiendo los primeros partos” que serán derivados desde los centros de salud de la red municipal.

   ”Inauguramos la maternidad con toda la obra de arquitectura terminada y casi todo el equipamiento, aún faltan llegar dos respiradores y una lavadora de material para esterilización, todavía estamos afinando protocolos de funcionamiento y entrenando al personal en cuestiones que tienen que conocer para desempeñarse correctamente al momento de una urgencia”, explicó.

   A partir del próximo lunes, en sus turnos, los 70 trabajadores de la maternidad empezarán a volver al hospital de zona sur y a reconocer los nuevos espacios de trabajo. Habrá también nuevos protocolos de trabajo y normas de convivencia distintas que necesitan entrenamiento.

   En las semanas siguientes, se avanzará con los procedimientos de esterilización y las pruebas de vacío de funcionamiento de todos los equipos.

   La remodelación de la maternidad demandó un año de trabajo, en el cual los partos fueron trasladados a otros efectores de la red pública, y una inversión de casi 30 millones de pesos. La mitad de este presupuesto la insumió la construcción de 650 nuevos metros cuadrados, el resto se destinó a la compra de todo el equipamiento médico.

Cambio de hábitos

La nueva maternidad está pensada en el marco en las políticas de parto respetado y centrado en la familia. Una política que los profesionales del Roque Sáenz Peña vienen desarrollando desde hace años y que permitió reducir el porcentaje de cesáreas, episeptomías y uso de medicación innecesaria.

   Ahora, cada uno de los espacios desde las salas de admisión hasta el área de neonatología están a la altura de esa forma de trabajo que garantiza la intimidad, privacidad y seguridad de las mujeres. Y, sobre todo, su capacidad de decidir cómo parir: en cuclillas, sobre un taburete o banquito de parto o en sillones de parto, de acuerdo a un modelo asistencial de profundo respeto al proceso, con una mínima intervención médica y una máxima atención a los procesos naturales.

   Las obras alcanzaron también a los dos quirófanos del hospital, uno exclusivo para la maternidad y el otro para realizar también cirugías programadas, y al área de neonatología con equipamiento de última generación.

   Durante el acto de inauguración, el gobernador Miguel Lifschitz definió a la maternidad del Roque como “la más moderna del país” y la intendenta Mónica Fein consideró “un orgullo tener la mejor maternidad que hay en Rosario”.

Anualmente se asisten unos 2 mil nacimientos

A la maternidad del Roque Sáenz Peña llegan las pacientes que realizan los controles del embarazo en los centros de salud de la zona sur y sudoeste de la ciudad. Anualmente se asisten unos 2 mil partos, un promedio de seis alumbramientos por día.

   El jefe de Obstetricia de la Maternidad del Hospital Roque Sáenz Peña, Gustavo Baccifava, señala que la maternidad ha sido pionera en implementar una forma de asistencia “centrada en la mujer”, que garantiza intimidad y privacidad durante todo el proceso de parto y la “mínima” intervención médica. Esta forma de trabajo permitió bajar la cantidad de cesáreas. Mientras los números indican que en la provincia la mitad de los partos son por cesárea, en Rosario se logró reducir de un 28 a un 23 por ciento estas intervenciones.

   También se bajó un 22 % el uso de peridural, se redujo de un 80 a un 35% la utilización de suero, de 25 a 12% las episetomías y el uso de oxitocina de un 80 a un 30%, “que se utiliza sólo en aquellos casos necesarios”, destacó.

por Carina Bazzoni / La Capital

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