Jockey, un campeón épico que se quedó con el Regional del Litoral

Por una cabeza. Así Jockey Club se consagró campeón del Regional del Litoral tras superar a Duendes por un ajustado 37-36 en un partido cuyos minutos finales fueron infartantes. Con ese resultado el verdiblanco de Fisherton no sólo quebró la hegemonía que ostentaba su vencido de ayer de siete títulos consecutivos, sino que además cortó una racha de 16 años sin títulos en el certamen local ya que su última vuelta olímpica fue en 2001, donde coincidentemente también doblegó al conjunto verdinegro. Tercero terminó Gimnasia, que apabulló a Estudiantes en el partido previo con un categórico 54-17.

El resultado cobró un matiz épico por la forma en que se materializó. Es que Duendes, a los 20′ del complemento se imponía 36-13, sin embargo y contra todos los pronósticos Jockey logró dar vuelta el marcador casi sin juego, pero con un corazón enorme.

Hasta ese momento, el verdinegro había sido el dueño de las acciones, tuvo posesión, control y se erigió como el protagonista de la historia. De hecho se fue al descanso ganando 23-6.

En el complemento ese resultado obligó a Jockey a dar un poco más. Siguió sin dar muchos argumentos rugbísticos pero ofreció su corazón. Los forwards empezaron a equilibrar la balanza y a tener más presencia en la última línea. Así forzaron un try penal que, en cierta medida, terminó de despertar al equipo, más allá de que la respuesta de Duendes fue inmediata, con el try de Santiago.

Cercano al cuarto de hora, Araujo embocó un drop y luego un penal con el que el prácticamente terminaba la discusión. Pero no fue así.

El reloj, que siguió su camino inalterable, empezó a obligar aún más al dueño de casa a ir por la heroica. Jockey movió el banco y con jugadores con aire fresco empezó a escalar ese empinado objetivo, aprovechando que Duendes empezó a cederle espacio e iniciativa y se equivocaba más de la cuenta.

Fue entonces cuando el caballito del lado del corazón empezó a cabalgar con más fuerza y su juego se transformó en una tromba que llevó por delante a un Duendes que no logró salir de su asombro.

Poco a poco se fue acercando, primero con los tries de Tellería y Lucas, y terminó de cerrar el marcador con ribetes de hazaña con el try de Manavella en la última jugada del partido.

El final fue electrizante. Alberto Di Bernardo (el único de los integrantes del plantel que había sido campeón en 2001) volvió a vestirse de héroe. El apertura, que se había puesto el equipo al hombro, sacó a relucir toda su jerarquía y con su conversión desató el delirio en Fisherton. Y no era para menos, Jockey Club volvía al lugar más alto del podio.

Fuente: La Capital

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