El Loncho Ferrari se sube al desafío como DT canalla

Si se cumple eso de que con cada proceso que se inicia las esperanzas se renuevan, en Central estarán en condiciones de mirar el futuro con buenos ojos, al menos con un semblante más positivo de acuerdo con lo que se vivió en estos últimos meses, después de la obtención de la Copa Argentina por supuesto. En ese barco estará subido Paulo Ferrari, quien hará su primera experiencia como entrenador. Y el primer gran desafío lo tendrá mañana mismo, cuando el canalla comience con la defensa del título en Copa Argentina frente a Sol de Mayo de Río Negro. Lo que sí sabe el Loncho, porque así se lo hicieron saber los dirigentes, es que la prioridad estará puesta en los cinco partidos que restan de la Superliga, ya que el equipo de Arroyito intentará recuperarse para sumar puntos y acomodarse de cara a la próxima temporada.

En este sentido, Ferrari entendió por dónde pasarán los principales desafíos. A tal punto que mañana en Santa Fe pondrá en cancha un equipo alternativo, tal como lo había pensado el Patón Bauza. Es que el encuentro del próximo domingo contra Belgrano, en Arroyito, será el primer gran termómetro para saber qué grado de fastidio tienen los hinchas por todo lo sucedido en estos últimos días.

Es difícil saber de qué forma jugará el equipo del Loncho, por la simple razón de que el flamante entrenador canalla nunca dirigió desde que decidió colgar los botines a fines del año pasado. Sólo trabajó con las divisiones inferiores de AFA, pero haciendo trabajos específicos de campo, de acuerdo a las necesidades de cada divisional. Tampoco se sabe hoy a ciencia cierta qué jugadores son de su agrado, por cuáles tiene cierta predilección y a qué otros deberá examinar de una manera detallada para que lo convenzan de que pueden seguir siendo parte de la base.

No obstante hay quienes charlan a diario con el Loncho y advierten que uno de los principales pensamientos es que los más grandes son los que tienen que tomar la bandera de la responsabilidad. Que cree que los pibes están para acompañar e insertarse de a poco en el equipo, pero que no debieran ser ellos los encargados de protagonizar el salto de calidad que este equipo debe dar.

Es una incógnita también por estos días saber la forma en la que se moverá el equipo, qué esquema utilizará y cuál será la estrategia a llevar a cabo. Durante su época de jugador el Loncho siempre habló de su preferencia por un equipo protagonista, que intente llevar las riendas del juego. Ahora, con el buzo de DT, todo lo verá seguramente de una forma distinta, justamente porque la responsabilidad del funcionamiento colectivo dependerá de las decisiones que tome.

Además, es difícil que un técnico que recién arranca les tire demasiado peso a los juveniles, generalmente ocurre lo contrario, lo que no quiere decir que si hay algún juvenil que demuestra estar en mejores condiciones que un histórico tranquilamente podría haber una apesta.

Como con cualquier entrenador, Ferrari tendrá algunos puntos que podrían resultarles favorables y otros que le funcionen a la inversa, sin que ello implique un desenlace lineal de la historia.

La contra más pesada

Sin dudas la contra más pesada que tendrá será su falta de experiencia. Son muchísimos los años que el Loncho tiene en su historial dentro de un vestuario, pero una cosa es formar parte de un grupo como jugador y otra como técnico. Para la dirigencia y en especial para el presidente Rodolfo Di Pollina (es el directivo que siempre lo tuvo apuntado para dirigir en el corto plazo) esto no sería una piedra en el zapato.

Hay muchísimos casos en los que la primera experiencia resulta buena (en Central lo vivieron hace poco con el Chacho Coudet) y Ferrari deberá buscar las formas para lograr algo similar. Ocurre que cuanto menos conocimiento se tenga mayor es el riesgo. Porque además de cuestiones estrictamente futbolísticas para 90 minutos de juego hay otras de organización que requieren una lectura distinta. Un buen puntual que el Loncho seguramente encontrará en ese terreno es la presencia de Germán Rivarola, quien ya tiene la experiencia de la planificación por haber formado parte del cuerpo técnico de Leo Fernández.

Pero lo dicho, para el ex lateral derecho será una experiencia que jamás vivió y que deberá desandar en medio de las presiones lógicas que suele imponer un banco como el de Central.

Algo a favor

A favor tendrá el enorme conocimiento que tiene del club, de su vida e idiosincrasia. Abundan también los casos en los que a los criados en una institución no les fue bien cuando les llegó el turno, pero siempre es una ventaja por encima de cualquier otro entrenador que llegue desde afuera.

Algo similar ocurre en lo referido al plantel. Hay unos cuantos futbolistas (los que llegaron como refuerzo en este último libro de pases, más algunos otros como Matías Caruzzo y Gonzalo Bettini) con los que no llegó a compartir plantel, pero a la mayoría los conoce de su época de futbolista. Sabe no sólo de qué manera puede jugar cada uno, sino hasta qué tipo de personas son y de qué forma piensan.

Eso también podría ser contraproducente en algún sentido. No siempre resulta sencillo darles órdenes a quienes muy poco tiempo atrás fueron sus propios compañeros, aunque Ferrari colgó los botines hace casi un año (el 9 de mayo de 2018 en el Morumbí fue la última vez que vistió la casaca auriazul), un tiempo prudencial como para que se haya establecido alguna distancia entre un rol y otro.

Con puntos a favor, con algunos en contra (todo esto a priori), Ferrari no tendrá otra cosa más que imponer su sello para que el equipo empiece a despegar. No es el mejor escenario en el que le toca debutar, pero la chance la tiene frente a sus narices y estará en él poder aprovecharla.

Fuente: lacapital.com.ar

Comentarios

Leer anterior

Volcó un colectivo en la autopista a Santa Fe

Leer siguiente

Conocé todos los ganadores de los premios Oscar 2019