El documental que revela datos desconocidos del paso de Maradona por Barcelona

En la obra se rescatan testimonios de compañeros del Barcelona de aquella época, del agente que lo llevó al club catalán (Josep Maria Minguella), del vicepresidente azulgrana por aquel entonces (Joan Gaspart) y de amigos del astro.

Minguella recuerda que la primera vez que vio al jugador fue en 1977 y por casualidad, cuando asistía a un partido de Argentinos Juniors para seguir a un delantero que pretendía el Burgos. “Fue el primer fichaje grande en el que intervine y para conseguirlo hice más viajes que Aerolíneas Argentinas”, recuerda Minguella.

Ángel “Pichi” Alonso, compañero de Maradona en el Barça, asegura que es seguramente el mejor “solista” que haya visto en el mundo del fútbol, pero que en la comparación con Lionel Messi, éste sale ganando: “No creo que haya nadie como él”.

Según el diario La Vanguardia, en la historia se cuenta los 100.000 dólares que inicialmente pidió Argentinos Juniors por su traspaso en 1978 y los seis millones de euros que pagó el Barça en 1982. La operación se había cerrado tiempo atrás (1981), pero la vetó el almirante Carlos Alberto Lacoste. “Me dijo que la patria lo necesitaba para el Mundial de ustedes”, recuerda Minguella. El Barça pagó aquella cantidad en una época en la que un auto en España valía 600 euros, que el salario base era de 154 euros y que un café costaba doce centavos de euro.

Sin embargo, el Barça amortizó la operación Maradona prácticamente antes de que el jugador comenzara a jugar. En el vestuario del Barça, llamó la atención su enorme técnica individual, la manera en que hacía jueguito (unos 200 toques) a unas medias de fútbol enredadas o a un limón, y también que el Camp Nou se llenaba media hora antes de los partidos solo para ver sus malabarismos en el calentamiento.

El documental cuenta con testimonios de cómo la casa del jugador en la calle San Francisco era un lugar de reunión de los padres y los suegros de Maradona y de amigos de infancia; de fiestas hasta altas horas de la madrugada y de partidos en la cancha de tenis.

Una hepatitis en su primer año -que pudo ser una enfermedad venérea según algunos testimonios- y un grave lesión en el segundo cortaron la evolución de Maradona en Barcelona, equipo con el que jugó 58 partidos y marcó 38 goles. En esos dos años, el Barça consiguió una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España.

El escándalo tras la final de Copa del Rey en 1984 ante el Athletic de Bilbao, con un ambiente enrarecido, porque se medía el Barça de Maradona con el equipo en el que jugaba Goikoetxea, el jugador que lo había lesionado meses atrás, fue su último partido como azulgrana. Minguella recuerda que Maradona no quería irse del Barça ni de Barcelona, pero que tuvo que marcharse cuando supo que José Luis Núñez, el presidente de la entidad por aquel entonces, quería venderlo. “Cuando se entera que querían transferirlo, se molesta”, aseguró.

La versión de Gaspart es contradictoria y comenta que fue el representante del jugador, Jorge Czysterpiller, quien forzó el acuerdo. Quince días después de aquella final de Copa, Maradona ponía rumbo al Nápoli, a cambio de 1.200 millones de pesetas, 200 millones más de los que pagó el Barça. Y ahí comenzó su mejor historia si se habla de su paso por clubes.

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