Por primera vez habla Glennon, el custodio del Carmel acusado del crimen de María Marta

“En la calle me dicen ‘vos la mataste’”

Glennon junto a la estatua de Tevez en las inmediaciones de la Bombonera. Dice vivir un calvario y que no puede conseguir un empleo en blanco por el crimen. Glennon junto a la estatua de Tevez en las inmediaciones de la Bombonera. Dice vivir un calvario y que no puede conseguir un empleo en blanco por el crimen.

Mientras espera el juicio por homicidio criminis causa en el Tribunal N°4 de San Isidro que lo tiene como imputado junto a Nicolás Pachelo, el histórico guarda de seguridad del country vende pizzas y dice vivir una pesadilla. Sus contradicciones en el expediente, el nuevo furor tras la serie de Netflix y una historia de 18 años sobre su espalda

Norberto Glennon cocina tortas de cumpleaños, empanadas, milanesas, pizzas y hamburguesas. Las ofrece desde su Instagram o en su estado de WhatsApp. En las fotos aparece sonriente con sus creaciones. Ofrece “promociones increíbles”. A sus nuevos clientes, en San Miguel, donde vive, les recomienda la “milakochina”, a 350 pesos: es una milanesa frita gigante con cuatro huevos fritos y papas fritas también. Podrían comer tres o cuatro personas de ese plato. Su “pizzakochina” es similar: huevos fritos y papas fritas y muzzarella.

El 27 de octubre de 2002, 18 años atrás, Glennon vestía uniforme de guardia de seguridad y cumplía sus funciones en el country Carmel. Después de que María Marta García Belsunce fuera asesinada, según él, le ordenaron que se quedara custodiando, desde afuera, la casa del horror.

En su primera declaración, Glennon manifestó haber visto que Carrascosa salió a la puerta, marcó un número y dijo, “la negra está muerta prepará los papeles”.

La segunda vez que declaró dijo que no recordaba haber escuchado y visto al viudo.

“Pasaron 18 años y sigo viviendo una pesadilla. A veces sueño que me meten preso por un crimen que no cometí. Es un calvario y yo no tuve nada que ver, no hice nada”, dice Norberto Glennon, de 55 años, a Infobae. Es la primera vez que habla con un medio. Nunca lo hizo en casi dos décadas, su testimono tampoco está en Carmel, el documental de Netflix sobre el caso que se convirtió en furor en las últimas semanas, suscitando amores y odios con sus protagonistas, convertidos en stickers de WhatsApp. Glennon, por su parte, es una pieza clave.

El ex vigilador, junto a su colega José Ramón Ortiz y Nicolás Pachelo, el ex vecino de Carrascosa, fueron acusados por el crimen de María Marta e irán a juicio oral por los delitos de robo agravado y homicidio criminis causa, en un expediente investigado por el fiscal Andrés Quintana. Serán juzgados por el Tribunal Oral en lo Criminal de San Isidro Número 4, integrado por los jueces Osvaldo Alberto Rossi, Federico Guillermo Ecke y Hernán San Martín, en un proceso que se esperaba para agosto de este año y fue suspendido por la pandemia.

“Hay pruebas. No concuerdan lo que declararon sobre ese día. Y además pesa la modalidad de robo que había en el country y que señalaba a algunos de los imputados como parte de eso. En la hipótesis del segundo juicio, no creemos que ninguno de los vigiladores haya apretado el gatillo porque por la cercanía del disparo se hubiesen manchado la camisa blanca con sangre”, dijo a Infobae una fuente judicial. El abogado de Glennon, Sergio Lotto, dice que la acusación no tiene fundamento y que no hay pruebas ni indicios de la participación de su defendido en el crimen.

“Hace 18 años que estoy con esto. Esto es una pesadilla para mí y mi familia. Hasta que no se empiece y termine ese juicio, va a ser una pesadilla. Y todo por trabajar ese domingo”, continúa el ex guardia de seguridad.

-¿Qué recuerda del día del crimen?

-Ya lo declaré. Está en el expediente. No tengo más que decir. Yo trabajaba en la cooperativa Cazadores. Y ahí teníamos que acumular horas para ganar más y tener un sueldo digno. Yo ese domingo 27 de octubre tenía franco, pero acepté tomar la guardia del country Carmel porque necesitaba unos pesos. Andaba con problemas económicos. Hice un rondín. No se me permitía usar arma porque no tenía portación. Era un día tranquilo. Eso parecía. Pero sucedió todo esto.

Glennon declaró dos veces ante el fiscal. El 21 de julio de 2003 y el 8 de noviembre de 2007; en sus dos declaraciones hay diferencias. En la primera dijo que Ortiz le comunicó, después de entrar en la casa de Carrascosa, que “la vieja se estaba bañando, se cayó de cabeza y se cagó muriendo”. “Me parece que vamos a pasar una noche de mierda”, le respondió Glennon según sus dichos. Y luego contó que se quedó apostado frente a la casa donde había ocurrido todo y vio salir a Carrascosa, abrir la tapita de su celular, llamar a alguien y decir: “La negra está muerta, prepará los papeles”.PlayNorberto Glennon Vigilador Acusado Crimen María Marta García Belsunce

Pero cuando volvió a declarar, hubo algunos cambios. “Acá pasó algo raro”, le dijo Ortiz según contó en esta versión. Y le pidió que se quedara vigilando la casa. Estuvo dos horas en esa posición y dice no recordar haber visto o escuchado a Carrascosa hablar por teléfono. “Apareció una mujer que entró diciendo: ‘mi mamita, mi mamita, mataron a mi mamita’”. Esa mujer habría sido Irene Hurtig, la hermana de la víctima.

Glennon dijo que él no portaba armas y apuntó a Ortiz, a quien dijo conocer en el country Martindale. “Se decía que él entraba en las casas. Yo por eso me distancié. Yo era nuevo. Y ese día, el que mataron a María Marta, era mi franco pero trabajé porque necesitaba hacer unos pesos. En el Carmel era un secreto a voces que alguien robaba las casas”, continuó.

Sobre Pachelo, aclaró que lo conocía de vista y que cada tanto invitaba a los vigiladores a comer asados o les compraba cigarrillos.

“Yo no tenía relación con Pachelo”, dice ahora Glennon: “Hacía mi laburo, cuidarlo a él y a los demás, informar adónde se movían. Hola y chau. Yo no le daba pelota a nadie. Hacía mi trabajo las doce horas ahí y al final me iba a mi casa. No tengo nada que ver con el crimen.

-¿Por qué cree que está imputado entonces?

-Me comí un garrón. Declaré dos veces. Hice el ADN, me tomaron las huellas. Hice todo lo que me pidieron. Y ahora en este juicio me ponen como si yo hubiera hecho una cosa que nada que ver. No conocía a Carrascosa ni a la señora María Marta. Yo era nuevo en ese momento.

-¿Vio el documental sobre el caso?

-Lo estuve mirando. La verdad no se qué quieren hacer con ese documental, no entiendo. No se explica quién fue el asesino ni nada. Mucho tampoco no lo quiero ver porque no quiero saber nada. Lo miré por arriba. No le presté mucha atención.

-La acusación contra usted es por ser presunto cómplice de Ortiz, su ex compañero, y Pachelo…

-Es falso. A Ortiz no volví a verlo. Solo me lo crucé en los tribunales. Esto es un calvario para mi familia. No puedo laburar bajo relación de dependencia porque me salta que estoy imputado en un crimen. Es terrible para mí. Y ahora estoy esperando que salga todo a la luz. Que termine todo esto. Laburo de changas. Tengo una casa que la estoy haciendo a duras penas. Por esto me quedé sin laburo. Hace 18 años que no puedo laburar.

-¿Quién cree que mató a María Marta?

-Lo que sucedió ahí no sabría decirte, qué sé yo. No sé lo que pasó. Soy sincero. No sé porqué se me acusa de cosas que no tuve nada que ver. Me estoy comiendo un garrón tremendo. Y si me preguntan quién fue, ni idea. No conocía a casi ninguno de los propietarios. Poco y nada. Más nada que poco. Más de esto no puedo decir. Espero que se solucione lo antes posible. Nosotros no podemos vivir así. Mi familia está hecha pelota. No tuve nada que ver. No me voy a cansar de decirlo.

-¿De qué vive?

-La verdad ahora estoy viviendo de los planes. De los bolsones. Tengo que andar buscando mercadería, eso no lo hacía nunca. Pero hace poco unos amigos me prestaron plata y pude comprar cosas para hacer delivery de comidas. Este caso a mí y a mi familia nos arruinó mal. Cuando pienso que me pueden meter en cana por algo que no hice, me da terror. Y pienso en mi hijo discapacitado. Y en mi familia. Soy un laburante. Y mi abogado me hizo la gauchada de defenderme a cambio de nada. La estamos peleando día a día. Quiero que termine todo esto. Y que se aclare pronto y empezar una vida normal como tenía antes.

-¿Sus vecinos qué le dicen?

-En la calle muchos no me quieren ni saludar. “Vos la mataste”, me dicen. “Vos la mataste”. Me lo dicen como cargándome, pero vivo un calvario por esta falsa acusación. Es una porquería esto. Pero no tengo nada que ocultar. Soy un laburante que se la rebusca con su mujer. Ya se darán cuenta la clase de persona que soy.

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