La violencia policial no tiene freno en Colombia. En medio de las multitudinarias protestas de la ciudadanía contra las reformas económicas que intentó implementar el presidente Iván Duque, se reportan -de manera oficial- 20 muertos, 87 desaparecidos y más de 800 heridos.

Sin embargo, las organizaciones que encabezan las manifestaciones aseguran que las víctimas son más.

La situación generó alerta en los organismos internacionales. Tanto la ONU como la Unión Europea condenaron la brutalidad policial y pidieron que los responsables de la represión respondan por sus actos.

“Los agentes utilizan munición real y golpean a los manifestantes. Según informes preliminares, los policías mataron e hirieron a varias personas”, dijo Marta Hurtado, portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.

En Cali, donde se produjo el mayor número de muertes, hay imágenes de camiones blindados reprimiendo a la multitud con gases lacrimógenos y detonaciones de armas.

Desde las fuerzas de seguridad afirman que los agentes actúan en defensa propia y niegan cualquier “instrucción de disparar”. “Nadie ha dado la orden de disparar”, afirmó el director de la Policía, el general Jorge Vargas, quien adelantó que, en las próximas horas, 1.500 oficiales llegarán a la ciudad.

La reforma tributaria es sólo uno de los motivos que desató la ola de protestas

La iniciativa del mandatario incluía, entre otras cosas, un aumento en los impuestos sobre productos básicos y servicios públicos, aspirando a recaudar unos 6.300 millones de dólares entre 2022 y 2031 para rescatar la economía. 

Sin embargo, el país viene golpeado por otros aspectos, como la reforma a la salud, el desplazamiento de campesinos, el aumento de femicidios, abuso policial y precarización laboral.

El año pasado, el PBI registró una caída del 6,8% y el desempleo trepó al 16,8%. Además, casi la mitad de los 50 millones de habitantes está en la informalidad y la pobreza afecta al 42,5% de la población, un porcentaje que representa a unos 21 millones de ciudadanos.