“Este disco es una extensión de una línea musical hacia nuevos horizontes sonoros”

El músico Gonzalo Aloras definió a su nuevo disco “Digital” como “una extensión de una línea musical hacia nuevos horizontes”, al destacar que conserva su impronta personal, que lo llevó a ser comparado como un continuador de la tradición cancionera del rock local encabezada por Charly García, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia y Fito Páez, pero plantea innovaciones tecnológicas.”En este caso puntual, surgió un destino estético para experimentar, que no había hecho antes, es un universo sonoro nuevo por el cual no había transitado”, explicó a Télam el artista rosarino sobre el trabajo.

El concepto de “Digital”, con sus innovaciones sonoras, tiene su correlato en aspectos estéticos relacionados con la manera en que este trabajo es presentado, a partir de una aplicación creada especialmente que permite acceder a una bandeja virtual a partir del escaneo de su portada.

La aparición en pantallas de una bandeja virtual permite girar el disco del lado A al B y realizar el famoso movimiento del scratch, entre otras cosas.

A simple vista, este trabajo pareciera ir en dirección contraria a “Doce”, su anterior registro, en el que participaron figuras como Luis Alberto Spinetta, Juanse y Litto Nebbia, en un implícito homenaje a figuras emblemáticas del rock argentino.

Sin embargo, a lo largo de las diez canciones de “Digital”, Aloras apela a un lenguaje musical dominado por la tecnología, pero no olvida sus raíces y hasta le rinde un merecido homenaje en la canción “Olvídalo”, con una letra armada con títulos de clásicos del rock argentino.

Respecto a este cruce entre la tradición musical local y las innovaciones sonoras, este músico rosarino, ex guitarrista de Fito Páez, conversó con Télam, además de dar detalles sobre la manera en que diseñó este particular trabajo que presentó el fin de semana en Buenos Aires.

—¿Cómo surgió la idea de hacer este disco?

—Lo vengo trabajando desde 2013, que es el tiempo que generalmente me tomo para hacer un disco. Para mí, la música es una relación divina y mi relación con la música tiene esa intensidad. No concibo grabar un disco por necesidad de salir a trabajar, lo respeto pero para mí un disco es otra cosa. Tiene que haber una necesidad interior, tiene que haber un entusiasmo para encarar un proyecto. Me gusta que los discos sean conceptuales, no concibo un material que sea una especie de rejunte. En este caso puntual, surgió un destino estético para experimentar que no había hecho antes. Es un universo sonoro nuevo por el cual no había transitado. De ahí se toman otras decisiones, como por ejemplo que tenga preponderancia de sequencers, máquinas, sintetizadores. De este se puede decir que es un disco electrónico aunque el género no sea 100 por ciento música electrónica.

—¿Tuvo que reaprender a hacer música, a relacionarse con los instrumentos?

—Tuve que reaprender a hacer música, que además fue la intención a partir de la idea de renovar. Eso también tiene una verdad de fondo. Una cosa es cambiarle el cosmético a lo que estás haciendo y otra cosa es cambiar de esencia. Eso implica un reaprender a relacionarse con la música desde otro lugar. Por otro lado, hay una tradición de la que vengo y por suerte también está presente en el disco. Este disco es una extensión de una línea musical hacia nuevos horizontes sonoros. Esa especie de crossover es lo que me interesó.

—¿Siente que está marcando un nuevo rumbo para toda una tradición cancionera dentro del rock argentino?

—Creo que los caminos que toman los mundos artísticos se dan a través de las obras y no al revés. Es la aparición de “Clics Modernos” lo que posibilita un nuevo rumbo y no al revés. Los discos tienen que plantear las nuevas posibilidades y eso puede generar aperturas.

—En lo que tiene que ver con el pasado, el disco también pareciera a apuntar a recuperar el ritual de escuchar discos a partir de su aplicación. ¿Tuvo en cuenta eso a la hora de trabajar el concepto?

—Lo tuve en cuenta. Yo creo que se va a recuperar eso, pero con su correspondiente renovación será una experiencia distinta. Cuando uno trae cosas del pasado para adelante, no hay una nostalgia sino que se está viendo cómo renovar esa relación de la gente con lo que escucha. En “Digital” la intención era traer ese ritual de esa analogía al mundo digital. Cómo hacer ese cruce en el presente.

—¿Qué diferencia verá el público entre el disco y la presentación en vivo?

—No vamos a hacer una representación del disco, eso de poner el disco sobre el escenario, tocarlo lo más parecido posible al disco, sino que vamos a hacer una versión en vivo del disco, pero no sólo a nivel instrumental, sino a nivel estructural. Por ejemplo, hay canciones que en el disco está bien la duración que tienen porque estás escuchándolo en un sillón, pero en vivo podés estar tocando un riff y con el entusiasmo va creciendo en intensidad. Eso puede durar más. Lo mismo pasa con el estribillo, puede aparecer en otro momento de la canción porque en vivo no estamos obligados a que las cosas sean así. Esto es difícil pero no imposible.

Fuente: rosario3.com

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