Empieza la batalla por el liderazgo opositor del PRO

El referente porteño se lanza el jueves, María Eugenia Vidal abre su búnker de campaña presidencial el mismo día que Rodríguez Larreta lanza su candidatura. Patricia Bullrich también acelera sus planes. Y Macri debe definir si compite o facilita la renovación generacional

El jefe del gobierno porteño llegó hasta Purmamarca con su pareja, la rubia Milagros MaylinEl jefe del gobierno porteño llegó hasta Purmamarca con su pareja, la rubia Milagros Maylin

Los tiempos están cambiando. En 2015, poco antes de convertirse en presidente, Mauricio Macri cerró su campaña electoral en Jujuy. Le había gustado eso del homenaje a la Madre Tierra y celebrar a la Pachamama. El gobernador Gerardo Morales lo había iniciado en el rito ancestral y cada vez que pudo volvió para agradecerle a los dioses, o para pedirle algo nuevo.

Diez veces estuvo como presidente en la provincia y la última fue para la campaña por la reelección en 2019. Pero esta vez la Pachamama no pudo concederle el deseo de quedarse en el poder cuatro años más. Con el pasar de los años, hasta la buena relación que había tenido siempre con el radical Morales también tomó un poco de distancia. Ya lo había dicho Bob Dylan en la década del sesenta. El que ahora es el primero, será después el último. Y es porque los tiempos están cambiando.

Será por eso que este fin de semana a quien le tocó estar en la provincia de la Pachamama fue a Horacio Rodríguez Larreta. El jefe del gobierno porteño llegó hasta Purmamarca con su pareja, la rubia Milagros Maylin, y se calzó un sombrero de colores para el festejo del Carnaval. Vestía una remera con un dibujo del diablito al que los jujeños desentierran cada año. Al lado estaba Morales, y su esposa Tulia. Pero lo que parecía una simple fiesta de pueblo, arrastraba también una poderosa alianza política.

Rodríguez Larreta, uno de los dirigentes más importantes del PRO que fundó Macri, ha profundizado un vínculo político con los sectores de la UCR que lidera el jujeño Morales, y con la Coalición Cívica de Elisa Carrió. Esa es la base de sustentación con la que pretende enfrentar a Patricia Bullrich, a Facundo Manes y, de ser necesario, al mismo Macri para dirimir quién de ellos será el candidato presidencial de Juntos por el Cambio.

Nadie lo dice abiertamente, pero quien gane esa batalla se convertirá inevitablemente en el líder de la coalición que quiere volver a ser gobierno. Falta solamente que Macri defina si va a ser un observador de la contienda para ver quien se afianza como su heredero. O si se meterá para volver a competir y retrasar como sea el recambio generacional. Hasta ahora, mantiene el secreto y deriva discretamente a algunos de los dirigentes que lo acompañan para que la ayuden a Bullrich.

Esa es una de las razones que llevaron a Rodríguez Larreta a acelerar sus planes. Esta semana, posiblemente el jueves, lanzará su candidatura presidencial. Varios de los dirigentes que lo acompañan en todo el país están grabando videos que se harán virales en las redes sociales. Allí le dirán a las cámaras de sus teléfonos celulares cuáles son las razones por las que creen que los argentinos deben votar el proyecto del ahora sí, candidato.

“Y si Mauricio quiere ser candidato a presidente, que compita en las PASO y nos gane”, escupe uno de los principales colaboradores de Rodríguez Larreta. Pero la verdad es que preferiría que esa circunstancia no ocurra. La participación de Macri en la interna de Juntos por el Cambio haría estallar la coalición en pedazos. Sobre todo por el lado de los radicales. Esta semana Larreta lanzará su candidatura presidencial (Franco Fafasuli)Esta semana Larreta lanzará su candidatura presidencial (Franco Fafasuli)

Está claro que Rodríguez Larreta es el candidato preferido en ciertos círculos del poder. Mantiene una buena relación con la mayoría de los empresarios argentinos; ha desarrollado vínculos con los países importantes para la Argentina (EEUU, Brasil, España e Israel, solo por citar los más relevantes) y también ha emitido señales de futuros acuerdos tanto a sus adversarios internos, como a varios de sus adversarios del peronismo.

En Jujuy, por ejemplo, hubo un participante del Carnaval al que muchos no reconocieron. Junto a Rodríguez Larreta y a Morales, vestido con la misma remera y el diablito sobre el pecho, estaba el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley. El también se dispuso a desenterrar las tentaciones por una semana. La Puna, el cerro de los siete colores y el valor estratégico del litio pueden lograr ese tipo de milagros hasta en el trópico de Capricornio.

En cada charla, en cada exposición de campaña, Rodríguez Larreta repite su idea de lograr un respaldo de entre el 60 y el 70% para llevar adelante sus proyectos presidenciales. Cree en un gran acuerdo programático mucho más que en aplastar a los que están del otro lado de la grieta política. No es un concepto que entusiasme demasiado en estos tiempos de confrontación.

Quizás por eso, Patricia Bullrich ha mejorado en varias de las principales encuestas que miden el (mal) humor electoral de los argentinos. En las PASO, donde los votantes tienen que elegir a los candidatos presidenciales de cada frente político, suele prevalecer el enojo por la crisis económica frente a los proyectos de gobierno de mediano plazo. Ese parece ser el principal escollo para Rodríguez Larreta. Le quedan seis meses para superarlo.

En los últimos días de diciembre, Rodríguez Larreta tomó una decisión para que el establishment se enterara que su decisión era irreversible. Levantó el teléfono y lo llamó a Martín Redrado.

– Martín, necesito que te sumes ya al equipo de campaña.

Rodríguez Larreta y Redrado venían hablando desde hacía tiempo. Y el economista había quedado en sumarse en febrero, pero los tiempos se aceleraron. Se dejó sacar una foto con las otras dos incorporaciones (Silvia Lospennato y Waldo Wolff) y se fue de vacaciones. Ahora ya está de regreso e instalado en una oficina de la sede de la calle Uspallata, estudiando temas de economía internacional y llamando a sus muchos y buenos contactos en Washington y en otras capitales financieras.

El ingreso de Redrado al elenco larretista se tradujo como una señal de que la cosa iba en serio. El economista trabaja en sintonía con el secretario de Relaciones Internacionales porteño, Fernando Straface, y se mantiene a prudente distancia de los temas sensibles de la economía de cabotaje. Es indudable que su presencia provoca ruidos en el equipo de economistas que lidera Hernán Lacunza, candidato a ministro junto a Carlos Melconian, si el proyecto presidencial de Larreta llegara a buen puerto.

Claro que el lanzamiento de Rodríguez Larreta acelera, además de a sus eventuales adversarios, a resolver los conflictos que Juntos por el Cambio tiene en los grandes y pequeños distritos del interior del país. Después de desenterrar el diablito en Jujuy, el jefe porteño pasó por Córdoba. Visitó al diputado Mario Negri, que se repone de una afección cardíaca, y después almorzó con los legisladores Luis Juez y (hoy el mejor posicionado para disputar la Gobernación) y Rodrigo De Loredo. Solo hay que recordar que la ingobernable interna de la UCR cordobesa los llevó a dividirse en 2019 para terminar perdiendo la elección provincial y hasta la estratégica intendencia de Córdoba capital.Larreta tiene un acuerdo con Martín LousteauLarreta tiene un acuerdo con Martín Lousteau

Otra de las provincias donde asoma el conflicto es Mendoza. Sobre todo porque el senador radical Alfredo Cornejo, un aliado firme de Patricia Bullrich, decidió reincidir y volver a pelear por la Gobernación. Rodríguez Larreta apoya en la provincia al diputado PRO, Omar De Marchi, quien está decidido a enfrentar a Cornejo en las PASO. Macri y Bullrich preferirían un acuerdo, aunque beneficie al candidato radical. No será fácil resolverlo.

De todos modos, resolver Córdoba y Mendoza podrían ser un juego de niños al lado de la ingeniería política que requerirá encontrar una solución para las candidaturas de la Ciudad de Buenos Aires, donde gobierna el PRO desde hace dieciseis años.

Ya se sabe que Rodríguez Larreta tiene un acuerdo con Martín Lousteau para permitirle competir en las PASO dentro de Juntos por el Cambio, pero Bullrich (y también Macri, claro) le piden que el gobierno de la Ciudad siga en manos del PRO. Allí el larretismo levanta la figura del ministro de Salud, Fernán Quirós, aunque mantiene sus expectativas Jorge Macri. Algunos creen que una solución salomónica podría ser la candidatura de María Eugenia Vidal, aunque la ex gobernadora lo desecha porque continúa sosteniendo la posibilidad de una candidatura presidencial.

La misma incertidumbre rodea a la provincia de Buenos Aires. Aunque aquí Rodríguez Larreta cuenta con la ventaja de tener al candidato a gobernador que mejor mide en las encuestas: el diputado Diego Santilli, quien se acaba de lanzar oficialmente con una campaña en las redes sociales y el hashtag #faltamenos.

Sin embargo, por ahora le plantan batalla Cristián Ritondo (cercano a Macri y a Vidal), y los tres candidatos de Bullrich: los intendentes Javier Iguacel y Néstor Grindetti, y el senador provincial Joaquín de la Torre. ¿Habrá interna o acuerdo? Si hay PASO presidencial, lo más probable es que también haya confrontación de varios candidatos en el territorio bonaerense.

El gran dilema para Juntos por el Cambio pasa, en primera instancia, por la decisión de Mauricio Macri. El ex presidente debe definir si se posiciona como uno más en la competencia dispuesto a pelear en la interna por tener ese “segundo tiempo” que promueve en sus libros. O si adopta un rol de referente institucional opositor, facilitando la renovación generacional en la coalición y ayudando a promover a los mejores candidatos.

Ese es el paso que nunca dieron Raúl Alfonsín en la UCR ni Carlos Menem en el peronismo. Prefirieron la derrota partidaria a que un heredero les hiciera sombra. Cristina Kirchner, en cambio, eligió un candidato al que condicionó al extremo (Daniel Scioli) y cometió el error de promover a Alberto Fernández: un delegado que no le resolvió sus flancos judiciales, y que cierra la peor de las gestiones presidenciales en estos 40 años de democracia.

Tan gigantesco es el paso en falso de Cristina, que ha tenido que inventar el fantasma de la proscripción sobre su figura para evitar que Alberto se cuelgue de la bandera de la reelección.

Pero ya nadie, ni siquiera Aníbal Fernández, se anima a sostener en público la falacia de la proscripción. Ni tampoco hará falta. Este domingo, Cristina cumplió 70 años, la edad exacta en la que los condenados pueden dejar de transitar sus días en la cárcel.

Si alguna vez, la Justicia termina confirmando su condena a prisión por la causa Vialidad, la Vicepresidenta podría completar el arresto en cualquiera de sus elegantes domicilios: en Buenos Aires o en la Patagonia. Sin la épica, claro, que hubiera preferido.

La ex gobernadora acelera su plan presidencialistas con recorridas por el país. Quién es quién en la mesa chica vidalista. Su relación con Macri. El complejo equilibrio entre Bullrich y el jefe de Gobierno porteño

María Eugenia Vidal quiere competir por la presidencial. El miércoles abre su bunker de campaña en RetiroMaría Eugenia Vidal quiere competir por la presidencial. El miércoles abre su bunker de campaña en Retiro

María Eugenia Vidal suele repetir entre quienes la frecuentan que aprendió a gestionar con Horacio Rodríguez Larreta y a hacer política con Mauricio Macri. A 25 años de su incursión en la política, la ex gobernadora trabaja en su propio proyecto de poder, cuya Meca es ser presidenta de la Nación. La semana que viene dará un paso en ese sentido: abrirá su búnker de campaña presidencial. Es una forma de acelerar sus planes proselitistas y de marcar su límite: no será candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad y no pretende volver a la provincia de Buenos Aires.

Vidal abrirá su espacio político en unas oficinas del barrio de Retiro. Lo hará el miércoles, el mismo día que Rodríguez Larreta lanzará su candidatura presidencial. La jugada de la ex gobernadora ratifica su vocación de poder y tensiona la interna dentro del PRO. Su búnker se montará en unas oficinas que le cedió el legislador provincial Sergio Siciliano, alfil de su armado electoral y ex subsecretario de Educación de su gestión en la provincia de Buenos Aires.

El búnker estará ploteado con afiches alusivos a su campaña presidencial, con su nombre e imagen y la marca “Vidal 2023″. Y funcionará como un espacio de trabajo para su equipo político, para generar reuniones con el resto de la dirigencia así como con actores del sector privado.

Mientras tanto, la ex gobernadora acelerará sus recorridas por el país para potenciar su candidatura. El año pasado hizo más de 50 mil kilómetros y su logística fue particular: visitaba de dos a tres días cada provincia, para recorrer tanto las capitales como ciudades pequeñas del interior. Su intención es repetir ese esquema este año, intercalado con viajes al conurbano y al interior bonaerense. Las caminatas en provincia las hace junto a Cristian Ritondo, su candidato a gobernador y uno de los principales armadores del plan vidalista.María Eugenia Vidal, de recorrida, con Cristian RitondoMaría Eugenia Vidal, de recorrida, con Cristian Ritondo

A nivel nacional, este año recorrió la Costa Atlántica en enero y a principios de este mes estuvo en Córdoba. En esa provincia logró una foto de unidad junto a Luis Juez Rodrigo De Loredo, los dos candidatos de JxC en terreno cordobés. También estuvo en La Pampa, para respaldar a Martín Maquieyra. En tanto, en la mesa chica vidalista le confirmaron a Infobae que la semana que viene estará en Santa Fe y se mostrará con la plana mayor de la coalición opositora en esa provincia.

El equilibrio de Vidal en la interna del PRO

Por estos días, la diputada nacional se inquieta por la dinámica interna del PRO. Vidal le transmitió a Macri, Bullrich y Larreta su desacuerdo con el adelanto de las candidaturas y la “ansiedad electoral”. El partido amarillo no tiene un mecanismo institucional previsto para la selección de candidaturas y eso genera un escenario complejo para dirimir las ambiciones del poder. En la mesa política de la ex gobernadora consideran que es clave que en el PRO haya reglas claras para competir.Vidal, llegando a un almuerzo del PRO (Maximiliano Luna)Vidal, llegando a un almuerzo del PRO (Maximiliano Luna)

Pese a los matices políticos, Vidal conserva un buen vínculo con Rodríguez Larreta. Ambos hablan semanalmente. Se conocen hace casi 30 años y entienden que su relación no debe fracturarse por disonancias políticas. A fines de los 90′, Vidal debutó en la función pública en la ANSES, que por entonces tenía como titular al actual Jefe de Gobierno porteño. En 1998 se mudaron juntos al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, cuyo titular era Ramón “Palito” Ortega. Desde aquellos días, su crecimiento en la cosa pública fue a la par del alcalde porteño.

Pero en el comienzo de este año electoral cada uno toma su sendero político. Vidal y Larreta coinciden en el qué, pero difieren en el cómo construir poder y ejecutar las políticas públicas en un eventual gobierno nacional. En ese esquema, la ex gobernadora es más cercana a Macri y, en algunos aspectos, a Bullrich. Pero tiene su propia concepción personal y la discute con vehemencia entre sus pares.María Eugenia Vidal se inició en la función pública de la mano de Horacio Rodríguez Larreta a finaels de los años 90 (En la foto, en el acto de cierre de campaña para las legislativas de 2021) María Eugenia Vidal se inició en la función pública de la mano de Horacio Rodríguez Larreta a finaels de los años 90 (En la foto, en el acto de cierre de campaña para las legislativas de 2021)

Descarta ser candidata en la Ciudad

A cuatro meses del cierre de listas electorales, el PRO afronta arduas negociaciones en distintos escenarios y jurisdicciones. Una de ellas es la Ciudad, casa matriz del partido fundado por Macri. Vidal objeta el acuerdo larretista con Martín Lousteau y la UCR porteña. La ex gobernadora considera que el PRO no puede perder la Ciudad con el radicalismo y cree que el oficialismo debe fundirse en una candidatura unificada.

La diputada nacional ha tenido ofrecimientos para ser candidata a Jefa de Gobierno de la Ciudad. En el PRO hubo dirigentes que veían en la ex gobernadora a una figura de unidad dentro del partido. Vidal se fastidia cuando la ubican como instrumento para resolver la tensión política entre Rodríguez Larreta y Macri. Se los ha dicho a ambos y también les señaló que ella no será candidata en la Ciudad.

En territorio porteño, Vidal tiene predilección por Emmanuel Ferrario, uno de los tres candidatos del riñón larretista por la sucesión del Gobierno de la Ciudad. El vicepresidente primero de la Legislatura de CABA fue antes funcionario durante su gestión en provincia. Los otros dos postulantes del larretismo son Fernán Quirós y Soledad Acuña. Vidal también tiene un respeto especial por el sanitarista, porque fue quien diseñó el programa de salud AMBA, durante su gestión en la provincia. El cuarto contendiente en el PRO -y mejor posicionado actualmente- es Jorge Macri, apuntalado por el ex Jefe de Estado y por Patricia Bullrich.María Eugenia Vidal y Emannuel FerrarioMaría Eugenia Vidal y Emannuel Ferrario

Quién es quién en el equipo de Vidal

La candidatura presidencial de Vidal cuenta con el respaldo del propio Mauricio Macri. Fue el ex presidente quien desde el año pasado la subió al ring. En el PRO hay quienes sospechan que esa actitud de Macri fue para esmerilar el plan de poder de Rodríguez Larreta. Cerca del ex Jefe de Estado se desmarcan de esa versión. Si bien han tenido diferencias políticas marcadas, la relación entre Macri y Vidal es cotidiana y muy buena. Ambos tienen un vínculo personal de 20 años que excede a lo político.

Un gesto claro del respaldo de Macri a Vidal fue que le cedió a un hombre de su íntima confianza para trabajar en el equipo político de la ex gobernadora. Darío Nieto, legislador porteño y secretario del fundador del PRO, se sumó en febrero para ser articulador político federal del proyecto vidalista. Ese rol lo tenía Ritondo hasta el año pasado. Pero ahora será asistido por Nieto, para poder enfocarse de lleno en su candidatura a gobernador.En un gesto claro de respaldo, Macri le cedió a Vidal a un hombre de su íntima confianza, Darío Nieto, legislador porteño y secretario del fundador del PRO (Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en una imagen de archivo)En un gesto claro de respaldo, Macri le cedió a Vidal a un hombre de su íntima confianza, Darío Nieto, legislador porteño y secretario del fundador del PRO (Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en una imagen de archivo)

En tanto, la mesa chica de Vidal la integran Ritondo, Nieto, Alejandro “Conejo” Gómez, su ex ministro de Cultura, que se encarga de la agenda política; Siciliano; Milagro Gismondi, asesora en temas económicos. Y Hernán Lacunza, que fue su ministro de Economía en la provincia y es su economista de cabecera. El ex funcionario también es cercano a Rodríguez Larreta y conduce junto a Luciano Laspina el equipo económico de la Fundación Pensar, think tank del PRO.

Alguien clave en la campaña de Vidal es Federico Suárez, ex secretario de Comunicación de su gobierno en provincia de Buenos Aires y ex asesor y hombre de confianza de Marcos Peña. Suárez se encarga del marketing político, la estrategia de comunicación, la creación de contenidos y discursos para el plan presidencial del vidalismo.

Ritondo es un dirigente leal a Vidal y por estos días se respaldan incondicionalmente. El diputado nacional se mueve activamente en la provincia. En el equipo electoral de Vidal – Ritondo en terreno bonaerense trabajan dirigentes como el legislador Alex Campbell, como armador; el ex ministro de Desarrollo Social de la provincia y candidato a intendente de San Martín, Santiago López Medrano.María Eugenia Vidal y Darío NietoMaría Eugenia Vidal y Darío Nieto

Entre los intendentes del PRO, quienes son más cercanos al vidalismo y a Ritondo son Martín Yeza (Pinamar), José Luis Zara (Patagones) y Hernán Bertellys (Azul). A ellos se suma un grupo de legisladores integrados por Siciliano, Anastasia Peralta Ramos, Walter Lanaro, Juan Carrara, Matías Ranzini. Dentro de los diputados nacionales, el ala de Vidal-Ritondo en la Cámara Baja cuenta con legisladores como Alejandro Finocchiaro, María Luján Rey, Gabriela Bezana Mercedes Joury.

Vidal será candidata a presidenta salvo una excepción: que Macri se lance como candidato. La ex gobernadora está dispuesta a enfrentar en una PASO a Larreta o a Bullrich, pero no al fundador del PRO.

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