Central quedó afuera de la Libertadores

Si hasta aquí las urgencias de Central estuvieron claramente establecidas, desde esta noche y hasta el final del semestre las mismas se ubicarán en un lugar en el que no habrá margen para el error. Con el triunfo de Gremio sobre Libertad, el canalla sufrió un duro revés. Es que antes de jugar su penúltimo encuentro por la fase de grupos le dijo adiós a la Copa Libertadores. Lo único que le queda por delante es buscar el tercer puesto, que le permita extender su estadía en un certamen internacional, como lo es la Copa Sudamericana. Para ello debe ganarle no sólo hoy a Universidad Católica, sino que deberá repetir en la última fecha, contra Libertad de Paraguay, además de esperar lo que ocurra en el choque en el Arena do Gremio.

La lectura primaria y sin temor a equivocaciones es sencilla: todo quedó reducido a un estrepitoso fracaso en una Libertadores que en su momento pudo marcarse como prioridad, pero a la que con el correr de los días se le fue sacando relevancia. No está de más mencionar que incluso desde el inicio de la competencia, muchos pensaban que el tercer escalón era el mejor negocio que podía hacer el canalla: o sea adueñarse del tercer puesto y continuar su derrotero internacional en la Sudamericana. No obstante, ello no invalida la sensación de frustración, sobre todo de parte de los hinchas, tras saber que a dos fechas del final las chances de clasificación se esfumaron por completo.

Demasiadas vidas le entregó la Copa Libertadores a Central teniendo en cuenta los pésimos resultados que logró el canalla en las cuatro fechas que se llevan disputadas. Es que después de aquel empate ante Gremio, en el Gigante, con el equipo dirigido en ese entonces por el Loncho Ferrari, todo se derrumbó. Las derrotas jamás cesaron y los resultados no sólo están a la vista, sino que fue por ello que hoy la despedida tiene sabor a una de las peores performances del canalla en la historia de la copa.

Hoy es cuando en Arroyito más se lamentan los puntos perdidos, como aquellos que se resignaron en Chile en el último minuto y después en Paraguay y Brasil con aquellas apuestas de Cocca de preservar jugadores para darle prioridad a la Superliga.

Lo que se vive hoy en Central es el resultado de un proceso de degradación futbolística, en el que se arrancó con cierto optimismo, pero que a medida que se fueron sucediendo los malos resultados la copa comenzó a despertar cada vez menos interés.

La suerte que correrá Central en el terreno internacional de aquí en más dependerá de resultados propios pero también de uno ajeno. Para ello hay algo de lo que no se puede prescindir, que es ni más ni menos que el crecimiento futbolístico ante rivales de una cierta jerarquía. Católica no es de los más fuertes del continente, pero para lo que viene jugando Central, con orden e inteligencia le puede alcanzar para ponerlo en evidencia y despojarlo incluso del premio consuelo.

Hay un solo argumento positivo en medio de esta historia: la notoria remontada que mostró el pasado fin de semana en Mar del Plata, donde pese a jugar mejor que en otras ocasiones no le alcanzó para avanzar en la Copa Superliga. Es una incógnita sobre si con eso le será suficiente, pero hoy es el único aliciente que pueden encontrar Cocca y los jugadores de cara a lo que se viene. Si aquello que sucedió en La Feliz fue algo esporádico, inédito y sin sustento, los problemas no tardarán en golpear nuevamente las puertas de Arroyito.

El mayor problema de Central no es seguir traspasando fronteras o no. Lo esencial está más en la cuestión del rearmado del equipo para la angustiante próxima temporada, pero hay un pequeño gusto que todavía podría darse, sin que ello oficie de palo en la rueda para lo que realmente importa: el promedio que se viene. El equipo puede mantenerse en las rutas internacionales un tiempo más.

De lo que no hay dudas es que se terminaron los días de los experimentos y las especulaciones. Es que lo que preveía, se cumplió, y Central saldrá a jugar sabiendo que ya es parte de relleno en esta Copa Libertadores y que la Sudamericana es lo único que le queda por delante. Si fracasa en ese intento la desilusión será más pronunciada aún. Será otro golpe similar al que recibió anoche cuando le dijo adiós a la Libertadores.

Fuente: La capital

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