Alberto Fernández amenaza con echar funcionarios que rechacen el aumento de tarifas

El Presidente volvió a apuntar contra Cristina Kirchner y defendió el "sentido común" de su gestión de gobierno. Dijo que será necesario revisar el programa con el FMI

Alberto Fernández anticipa cambios en el acuerdo con el FMI y amenaza con echar funcionarios

Defendió el aumento de tarifas y dijo que “se deberá ir” todo funcionario que no esté de acuerdo.

Fernández amenaza con echar a los kirchneristas que resistan el aumento de tarifas: “La suba es una decisión política, quien no puede tomar esa decisión no puede seguir en el Gobierno”, expresó el mandatario.

El Mandatario reconoció por primera vez que está dispuesto a firmar el despido de quien se interponga con el aumento de tarifas que necesita aplicar para no tener que aumentar los subsidios energéticos.

La frase fue una advertencia para el kirchnerismo, que tiene funcionarios en el área energética y que se resiste a aceptar un aumento.

La decisión de Fernández, quien se encuentra de gira por el exterior, compromete en principio a Soledad Manín, la titular del Enre.

Manín responde al subsecretario de Energía, Federico Basualdo, dirigente camporista que el año pasado el ministro de Economía Martín Guzmán intentó -sin éxito- echar en medio de un acalorado debate por el congelamiento de tarifas que quería garantizar el kirchnerismo.

Otro funcionario que podría quedar en la mira es el secretario de Energía, Darío Martínez.

Martínez ya había recibido la orden de designar a tres funcionarios suyos para ir a las audiencias en las que se analizan los aumentos tarifarios. A la de gas, envió a la subsecretaria de hidrocarburos, Maggie Videla. A la de electricidad, acudió su jefe de gabinete, Guillermo Usandivaras; y en la de segmentación estuvo Santiago López Osornio.

El Presidente entiende que, de momento, no hace falta mantener una charla a solas con la vicepresidenta, cuyas críticas, lanzadas el pasado viernes desde Chaco, siguen retumbando en el Ejecutivo. El jefe de Estado tiene en claro que piensan diferente, pero no están en juego dos modelos contrapuestos, sino las estrategias, y celebra por ello que la confrontación se enmarque en un “debate” de ideas.

En la hoja de ruta para el futuro inmediato del gobierno, el Presidente evaluó desde su gira en Europa que “la economía debe seguir un plan con sentido común”. No puede estar atado a lo que diga cualquiera y sin lógica alguna. Un modo sutil de responder a los que critican a su equipo económico.

Al abandonar Madrid, la primera escala de su gira por el viejo continente, y en tránsito hacia Berlín, Fernández discutió con su comitiva las repercusiones de los más recientes ataques discursivos de Kirchner. Según pudo saber, Alberto dejó en claro que los canales entre ambos siguen cortados.

No me preocupan las críticas de Cristina. Tenemos en claro que pensamos diferente. Pero no son dos modelos contrapuestos. Tenemos el mismo objetivo. Ella quiere ir a Mar de Plata por la ruta 11 y yo por la ruta 2, pero el destino es el mismo”, comentó el presidente a un secretario de Estado que forma parte de la reducida comitiva. Para el jefe de Estado estos son “escenarios normales de tensión que siempre hay en la política”.

Dicho esto, Fernández no ve que el kirchnerismo esté buscando obstruir en el Congreso su plan de gobierno, a pesar de sacar a relucir una batería de proyectos que no cuentan con el respaldo del Poder Ejecutivo. Sobre el adelantamiento del salario mínimo, exigido por Máximo Kirchner, en su equipo dicen que ya estaba en discusión; al respeto de la moratoria previsional, aseguran la van a analizar, siempre bajo el paraguas tácito de que ello no implique aumentar la emisión monetaria y se logre con recursos genuinos.

EL RUMBO ECONÓMICO

El Presidente está convencido de que en el actual mundo de guerra y cambios que están produciéndose en la economía global, será necesario revisar más adelante el acuerdo que selló la Argentina con el FMI

En la lógica del “sentido común” en la economía, la Casa Rosada destaca que “no se puede vivir siempre con déficit fiscal”, en lo que se traduce en una negativa a transigir los objetivos fiscalistas del programa con el principal acreedor del país. Aunque tampoco, reponen cerca suyo, eso debe llevar a una disparada de las tarifas.

También preocupa el presidente el posible cuello de botella que podría tener en el acceso a divisas indispensables para cubrir, especialmente en junio y julio, la salida de dólares por la compra de gas para el invierno.

En este sentido, el aumento de tarifas segmentado que armó el ministro de Economía Martín Guzmán y que resisten en el kirchnerismo deberá ser refrendado por el ENRE. 

“Al que no le guste se deberá ir”, comentó, tajante, un secretario de Estado qué dialogó del tema con Fernández. Este mensaje apunta sustancialmente al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, y otros cuadros del organigrama de la secretaría de Energía que responden al kirchnerismo.

En otro orden, el Gobierno espera avanzar cuanto antes con los proyectos de ley que envió al Congreso, como ser la ley de incentivo industrial, el proyecto de industria automotriz y de electromovilidad.

Hacia el futuro inmediato, el Gobierno no cree que las paritarias vayan a ser un problema para la inflación. “A los que hay que ir a preguntar por la inflación es a los formadores de precios”, deslizó el Presidente antes de bajar en Berlín, donde este miércoles debió dejar a un lado las discusiones internas para entrevistarse con el canciller alemán Olaf Scholz.

Alberto Fernández criticó a Cristina y aclaró con quién quiere subirse al ring: UNA AGENDA ENFOCADA EN LA GUERRA

Durante el encuentro previsto este miércoles con el canciller federal de Alemania, Fernández pretende hablar de la situación en Ucrania y los impactos de la economía mundial. 

En este contexto bélico en el este europeo, la Argentina se muestra como un país alternativo en la búsqueda de recursos faltantes en Europa, como son los alimentos y el petróleo.

Hay muchas coincidencias entre la Argentina y Alemania respecto de este escenario mundial. Sin embargo, hay una fuerte diferencia que Alberto Fernández tiene con Scholz y el resto de los países del G7: la aplicación de sanciones a Rusia.

Fernández está convencido de que sancionar a Moscú por la guerra no es una buena opción ya que cree que todo ello repercutirá en la economía mundial. En cambio, Alemania y el resto de Europa ya avanzo en la aplicación de sanciones económicas contra Rusia.

Todo esto no quita que el presidente argentino se oponga firmemente a la guerra y la invasión de Rusia en Ucrania. Desde este punto de vista se muestra muy crítico de Putín con quién hace menos de seis meses compartió un encuentro en Moscú y lo invito a invertir en Argentina como “una puerta abierta para Rusia en América latina”.

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